Se ha convertido
en normalidad, que en cada periodo lluvioso veamos en los diversos noticieros,
imágenes de las inundaciones en diversos puntos del país; particularmente en el
área de Panamá Este y más recientemente en Panamá Oeste. Continuamente se hace mención a que hubo
inundación debido al “mal tiempo”, pero la lluvia no es mal tiempo, la lluvia
es agua que trae vida, que regula el suelo, el clima, purifica, es parte del
ciclo natural; así que no podemos decir que es mal tiempo. La inundación no se produce porque llueve, se
produce porque hemos ocupado el espacio del agua y borrado las barreras que la
contienen.
Cada vez somos
más y demandamos suelo para ocuparlo, pero esta ocupación la estamos haciendo
de manera indiscriminada sin dejar espacio a que los ríos –que son entes
dinámicos y cambiantes- crezcan y se desborden, hemos acabado con sus bosques
de galerías, mismos que nos protegen durante sus crecidas; a las quebradas se
les ha llamado “desagües pluviales” y bajo ese pseudónimo se aprueban supuestas
mejoras, que permiten que se canalicen y entuben, intensificando la
concentración hídrica, que luego buscará siempre los puntos más bajos para
salir y éstos, normalmente ya están poblados.
Si a lo antes
descrito, sumamos que se están rebanando montes, devastando bosques, rellenando
cuenca baja –zona natural de drenaje de ríos- e ignorando afluentes y ojos de
agua que se encuentran en los terrenos, el asunto es muy grave. Lo más penoso es ver, cómo lo que se hizo
hace décadas en Panamá ciudad, por desconocimiento, ignorancia o pensando que
la ingeniería todo lo resolvería, hoy se repite más rápido y a más vasta escala
en Panamá Oeste. Es por ello que
empezamos a escuchar de inundaciones sobre barrios tradicionales donde nunca
antes se dieron.
Vivimos en un
país ubicado en el trópico húmedo, eso quiere decir que llueve hasta 10 meses
al año, por encima de 2000mm3. Tenemos 52 cuencas hídricas, con más de 500 ríos
importantes y llenas de afluentes y quebradas que las nutren; tenemos un
elevado nivel freático, lo que quiere decir que el agua está a flor de piel y
como si faltara algo, vivimos entre dos oceános a nivel del mar. Entonces, cómo es posible que con esta
condición sigamos ignorando el agua, pensando que entubándola y echándole tierra
encima la dominamos?
Por años hemos pensado que no pasa nada, porque
mientras había mucho suelo disponible, el agua encontraba espacio para
drenar. Sin embargo en la medida que
vamos ocupando más suelo, éste pierde permeabilidad, capacidad de absorción y
drenaje y simplemente nos encontramos flotando en medio del agua que no tiene
por donde salir.
Cuál es la propuesta?