miércoles, 11 de diciembre de 2019

Panamá: 500 años de Construir Ciudad
Revista Mundo Electoral
Octubre 2019


Una reflexión sobre el proceso que ha experimentado la Ciudad de Panamá, a lo largo de sus 500 años de historia desde su fundación.

Entender el camino recorrido, para enfrentar mejor los retos hacia el futuro.
Raisa Banfield

lunes, 26 de agosto de 2019

Y SI SE ROMPE EL PUENTE, ¿QUE HACEMOS?

Foto: Amazonas en Llamas- imagen de NetTV 23-8-2109

La riqueza natural planetaria está amenazada por la pérdida de sus bosques;no podemos mirar solo a Brasil, en Panamá, puente del mundo, la biodiversidad se empieza a desconectar

El mundo entero ha contemplado, casi petrificado, el incendio del bosque amazónico brasileño. Con profundo sentido de impotencia y frustración, hemos sido testigos de como se incineran miles de hectáreas, ante acusaciones por parte del presidente Bolsonaro, más que acciones concretas para contrarrestarlo.  Estos bosques tropicales son considerados el pulmón del mundo,  porque siendo que ésta franja localizada entre el trópico de Cancer y Capricornio y que hace miles de años cubría el 12% del globo y hoy que cubren no mas del 5%, alberga el 50% de la biodiversidad del planeta, es gran generadora de oxigeno  y receptora importante de CO2.  El 25% de éstas selvas, se localizan en Brasil, siendo ésta la masa boscosa tropical más grande del mundo.


 Pero mientras esto pasa en Brasil, también se queman bosques en Las Canarias, en Siberia y otros muchos focos en el mundo, que no por menos importantes, es menos preocupante ver como se pierden estos irremplazables ecosistemas.  Para el año 2017, según la organización Global Forest Watch se perdieron 15.8 millones de hectáreas boscosas en el planeta.  Eso equivale a dos veces el tamaño de Panamá.  Y sucede por quemas, sí, en su mayoría, pero el incendio es solo la vía para:  extender la frontera agrícola-normalmente para monocultivos-para construcción inmobiliaria, industrial de diversa índole, para transformación de suelos boscosos a "productivos" mal entendiendo que al ser boscosos, no son "producen".  Mientras en realidad están produciendo: agua, oxígeno, biodiverisidad, captura de carbono para el planeta entero.

Panamá es parte de este gran problema, porque en los últimos 60 años, ha perdido más del 50% de sus bosques.  A falta de una política ambiental que priorice riquezas naturales por encima de industrias extractivas o de una insostenible política agrícola, o ante la falta de entendimiento entre la necesidad de convivencia entre lo urbano y lo natural, perdemos indiscriminadamente bosques;  mientras tratamos de reforestar no con mucho éxito en el resultado y el tiempo.  Recientemente la Revista" Scientific American"  Publicó:  Panama Risks Becoming a Broken Link in an Intercontinental Wildlife Route.  

Esto se traduce en que los riesgos ambientales de Panamá, amenazan con romper el puente, que desde hace 3 millones de años ha conectado la biodiversidad del norte y el sur del continente.  Perdiendo con esto nuestra originaria -a mi parecer- más importante vocación de conectividad planetaria, la que transformó el mundo al conectar el norte y sur americano.
Foto: FAO Deforestación
en Panamá



La fragmentación boscosa impide que las especies migren en busca de alimento, de  mejores climas y para su natural apareamiento. Los expone al temor humano cuando invaden áreas urbanizadas a la muerte, los aísla en parches de bosque lo que al final se traduce en la extinción de muchas especies que conocemos.  Pero esto no solo está pasando en las selvas del Darién, en donde se están perdiendo cerca de 8.1 hectáreas diarias, según la publicación de La Prensa de hoy 26 de agosto, también se están perdiendo los bosques del área canalera por decisiones atomizadas, logísticas, urbanísticas, económicas, pero sin la mirada integral de la necesaria protección de nuestras selvas.

Foto: Laurentino Cortizo en Twitter Noviembre 2018




Qué hacemos?  Protestamos en Brasil? Nos amarramos a los arboles del Darién? Cerramos las calles en el área del Canal?.... 

Ninguna acción que evidencie el problema y demande acciones de autoridades  y actores claves, se puede descartar; pero no nos podemos contentar con eso.  Debemos actuar individual/colectivamente:  Reduciendo consumo de carne, consumiendo productos locales, mientras más cerca de nuestro centro urbano, mejor y si los podemos producir en casa, excelente!.  Caminando más, eliminando el plástico desechable, evaluando donde compramos la nueva casa que su construcción, implicó la tala de otro bosque; reduciendo nuestra adquisición de metales preciosos.   Sembremos, pero también contribuyamos a detener la deforestación, reciclemos y reduzcamos el consumo de los inservibles....Todo, todo lo que hagamos cuenta, porque somos los consumidores y la forma en que consumimos, lo que determina el que el mercado siga ofreciéndonos "espejo a cambio de oro", es decir, cambiándonos riqueza natural por depredación.  


Nuestras acciones individuales sumadas cuentan y obligan políticas de Estado más consolas con la realidad, nuestras acciones conscientes evitan que políticos desconocedores de los problemas climáticos, sigan impulsando Políticas desfasadas que ya no son acordes a la realidad planetaria y a la adaptación de la economía a la adaptación climática.  

Estemos todos claros, que el que está en peligro NO es el planeta, éste continuará sin nosotros; somos la raza humana, la que está en peligro de extinción. Entonces, ¿qué hacemos?

lunes, 19 de agosto de 2019

"SUBE Y DALE PA'TRAS"

Un antes y un ahora en el transporte público en Panamá


Durante toda mi carrera de arquitectura en la Universidad de Panamá, viajaba en bus (Tumba Muerto- Calle 12)  Desde la parada del Dorado- a la que llegaba caminando desde Altos del Chase-  de allí, en bus hasta la U, al lado del Seguro Social de Transístmica.  Era relativamente cerca, pero montarse en uno de esos conocidos "diablos rojos", era una verdadera tortura.  Casi siempre tocaba ir de pie, rozando tu cuerpo con cada desconocido que se deslizaba en el pasillo de 60cm de ancho y  que ya lo ocupaban dos filas de personas, para constreñirse en el fondo, ante el grito desesperado del conductor "DENLE PA'TRAS".

Diablo Rojo, Antigua rutaTumba Muerto - Calle 12


Cuando llovía, que era a menudo, íbamos como carne cocida al vapor, sudando hasta la última gota, con los vidrios cerrados para que no entrara el agua (aunque casi siempre llovía por dentro) mezclando perfumes y olores muy humanos... y cuando a toda esta experiencia, ya bastante singular, se le sumaba el día que me tocaba llevar la regla T, el rollo de plano para la entrega de algún proyecto, o la Acuarela terminada para la clase de Perspectiva uffff.... sí, viajar en bus era el castigo del universo por no tener carro.

Terminé mi carrera, tuve mi primer carrito y de allí en adelante, más nunca subí a un bus, salvo cuando ya casada con dos hijos, quise que mis niños vivieran la experiencia, como una aventura  (era una noche fresca, el bus casi vacío y mi esposo nos escoltaba en carro, desde el McDonalds del Dorado a Plaza Edison... nada complicado).

Todos sabemos, lo que significó el 23 de octubre de 2008 para la vida, particularmente, de los familiares de quienes  murieron incinerados en aquel autobús, pero también para la transformación que empezó a tener la movilidad pública en Panamá.  Poco después inicia el estudio para el desarrollo del Plan Integral de Movilidad Urbana Sostenible (PIMUS)  y recuerdo que me tocó participar en las mesas de estudio diganóstico, como Fundación Panamá Sostenible, que dirigía.  Lo que allí se proyectaba parecía inalcanzable para Panamá, ante un sistema por décadas dominado por las mafias del transporte.  Pero no solo había que soñar, había que trabajar en ello.

Plan de Acción Alcaldía de Panamá-BID
Años después, ya electa vicealcaldesa de la ciudad de Panamá, me correspondía la asignación de un carro de trabajo.  En ese momento tomé la decisión de vender mi carro personal (que estaría la mayor parte del tiempo estacionado) para en días laborables usar el auto asignado, y en los de asueto, compartir con mi esposo el carro familiar.  Pero tenía una idea en mente:  "Quiero contribuir desde mi trabajo a que la movilidad en Panamá mejore tanto, que al salir de la Alcaldía, ya no tenga necesidad de comprarme un carro".  Tenía esa idea clara en mente: UN CARRO MENOS

Acera renovada en Vía España, Ciudad de Panamá
Ya es historia sabida lo que ocurrió en los últimos 10 años con el inicio de  la implementación del PIMUS, la construcción de 2 lineas de metros, la transformación del sistema de buses de diablo rojos al sistema metrobus, y luego el proyecto de recuperación de aceras y espacio público de la Alcaldía de Panamá;  que partiendo del estudio diagnóstico y diseño de un plan de acción, inicia la recuperación del centro para facilitar la caminabilidad, como contribución desde el gobierno local y mejorar así la conectividad,
incentivando a que más personas sientan mayor comodidad al acceder al transporte público, pero sobre todo para que quienes tienen carros, puedan dejarlos en casa y moverse en la ciudad.

Linea 2 del Metro de Panamá

Por mi parte hace 50 días que no dispongo de carro personal y me muevo por la ciudad con todos los medios de transporte disponibles:  desde el selectivo taxi, al cómodo uber, pero también en bicicleta (cuando se trata de puntos alrededor de donde vivo), en metro y casi siempre en bus.  Les comento que es una experiencia gratificante:  me encuentro con la gente, converso, cuando hay condiciones, leo mi libro que llevo en la cartera, (cómodamente sentada y con aire acondicionado), disfruto mi ciudad y muchas veces me siento como si no viviera en mi país.  Hace 25 años cuando iba a la U, jamás pude imaginar que sería parte de este cambio.   No puedo decir que no necesito un carro y es muy posible que lo compre, lo cierto es que ya no dependeré de él como antes.  


Sistema de Transporte Mi Bus
Es verdad,  aún nos falta mucho, mayores conexiones,  más lineas de metro, mejorar horarios y rutas de mi bus; pero también continuar con las mejoras a  las aceras para hacerlas realmente caminables, sombreadas con árboles.  Sin embargo, ya hemos comenzado y no debe haber vuelta atrás.  Una ciudad de rascacielos y de Canal Interoceánico que conecta al mundo, no puede ser para sus visitantes y locales, una ciudad que no conecte sus barrios y a su gente, reduciendo emisiones con una movilidad eficiente y menos contaminante;  pero sobre todo una ciudad con mejor calidad ambiental, más eficiente, una ciudad para su gente.


 







lunes, 12 de agosto de 2019

LA CIUDAD QUE CELEBRA 500 AÑOS

Panamá!

Maqueta de la Primera Ciudad de Panamá, Panamá La Vieja
San Felipe, Ciudad Amurallada

En la cercanía del cumpleaños 500 de la fundación de ciudad Panamá, me envuelve un profundo sentido de  reflexión sobre la ciudad que hemos sido, que somos y que tenemos el potencial de ser.  Ciertamente por casi 4 siglos y medio, fuimos una ciudad de intramuros con un arrabal que la complementaba y una serie de fincas que fueron perfilándose como los nuevos barrios a las afueras de la ciudad.

Mientras que la ciudad de intramuros, se mudaba y reinventaba a través de sus diversos estilos, colonial, francés, norteamericano, mantenía su trazado,escala y su planificación; intercalándose -entre tanto y tanto-incendios y saqueos.  En las afueras la ciudad crecía a veces orgánica e improvisada producto de las migraciones internas y externas, pero a veces con planificación determinada y visión a largo plazo, como la que concibió Belisario Porras en La Exposición.  No obstante debemos reconocer que el vertiginoso crecimiento de la urbe más antigua del pacifico americano, en tierra firme -Panamá- ha ocurrido en los últimos 50 años. 

Ciudad de Panamá en 1960,
fotografía: Panamá Vieja Escuela
En 1960 la ciudad contaba con una población  de 283,000 habitantes, pasando a 800mil hacia finales del siglo XX, para llegar a más de 2 millones en el área, que ahora se proyecta como zona metropolitana. Con el crecimiento poblacional, la crisis económica del primer decenio del siglo XXI en Europa y Estados Unidos, el foco de la inversión internacional más importante en Panamá, además de la ampliación del Canal, era el mercado inmobiliario. Con esto la  transformación del suelo capitalino sufrió cambios dramáticos y muy rápidos. Como ejemplo de ello, los corregimientos  de San Francisco y Bella Vista, fueron el epicentro de esta vorágine. Así, ante nuestros ojos,  veíamos como residencias unifamiliares en lotes de 800 a 1000m2 se convertían en edificios para 200 familias, con una huella de construcción que ocupan todo el terreno, lo que anteriormente eran áreas verdes, jardines o arbolado urbano.  

fotografia: Peter Lievano
El alto poder adquisitivo, la dinámica impuesta por la ampliación del canal y sus nuevas perspectivas, así como la nueva demanda inmobiliaria del turismo de segunda residencia y de corrientes migratorias importantes,  encontraban en nuestra ciudad, sitio seguro para seguir su desarrollo en distintos ámbitos. Sin embargo, la ausencia de planificación con visión a largo plazo, donde la oferta de mercado dispuso  de las áreas donde debía crecer la ciudad, pero sin que el Estado pudiera estar cónsono en inversiones de infraestructuras, saneamiento y agua potable, hacia esos nuevos sitios que ahora consumía nuevo suelo urbano.

Siendo así que ahora ocupamos manglares, bosques de la cuenca del Canal, construimos sobre ríos, afectando sus dinámicas, pero a la vez contaminando sus aguas con el descontrol en el manejo de residuos urbanos. Ante este escenario del primer cuarto de siglo, cuáles son los desafíos y en que debemos enfocar nuestras acciones?

Enfocarnos en ordenar el territorio, determinar la concentración de la huella urbana, aprovechando suelo urbanizado subutilizado para evitar seguir consumiendo suelo de riqueza natural.  Identificados ya los espacios públicos de carácter distrital, generar parques conectores, no solo de gente sino de biodiversidad, amortiguando zonas de conservación.  Equilibrando densidad con intensidad, logrando que las edificaciones acojan más personas, pero no a costa de masificar la ciudad, recuperando y generando espacio que brinde equilibrio entre lo que se construye y los vacíos que quedan para que sean llenados por la gente.  Intensificar las inversiones en movilidad pública, que le da prioridad a la no motorizada, entre los aspectos más relevantes.

San Felipe, fotografía de COPA Airlines
La ciudad ya tiene un plan, que no puede ignorarse, que debe revalidarse y aplicar.  No podemos seguir en los 500 años por venir, con una ciudad que crece a tumbos, por impulsos o por caprichos de un sector, consumiendo suelo y recursos finitos, incrementando crisis climática.  Tiene que ser para todos, inclusiva, con inversiones públicas enfocadas a las áreas de desarrollo y con visión de gestión ambiental integrada como parte de un desarrollo coherente y participativo.  Es la ciudad que debemos y tenemos la responsabilidad de seguir  construyendo, a partir de las bases existentes, la ciudad que cumple 500 años, antigua, moderna, emergente.

domingo, 4 de agosto de 2019

A 20 AÑOS DE LA ENTRADA AL CANAL DE PANAMÁ...

¿Qué pasó después
que cantamos orgullosos "Patria" y entramos corriendo a la zona agitando nuestra bandera tricolor?

31 de diciembre 1999, reversión del Canal a Panamá
Hace 20 años, en Panamá nos preparábamos emocionados, porque finalmente, luego de muchas luchas, tratados bilaterales, campañas y gestas reivindicativas, íbamos a recuperar el Canal y su Zona.  Pero eso no ocurriría de un día para otro; desde la firma de los Tratados Torrijos-Carter el 7 de  septiembre de 1977, se iniciaba la cuenta regresiva hacia ese lejano 31 de diciembre de 1999, para prepararnos -no solo en administrar la vía interoceánica- sino también para recibir y gestionar de la mejor forma posible y para el mayor uso colectivo, todos los bienes  estructurales pero también naturales que conformaban esos 1.432km2 de    
extensión de la Zona del Canal.

Con responsabilidad y con visión de nación, varias administraciones gubernamentales fueron preparando los diálogos como el de Contadora, estudios, diagnósticos, consultas. En 1993 se crea la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI) y luego de mucha discusión y trabajo,  logramos en 1997 con el consenso político y de la sociedad en general, la Ley 21 de es año, que contenía el Plan General y el Regional de Usos de Suelo para la Región Interoceánica, con sus respectivos mapas que establecían- tal cual señalaban sus títulos-la forma en que se organizaba y se incorporaba al desarrollo nacional, ese nuevo territorio, desde siempre tierra istmeña, pero que por casi un siglo, había sido ocupado y administrado por los Estados Unidos de América.

Ciudad del Saber. Foto Mi Diario
Casi 20 años han pasado y los panameños hemos podido demostrar al mundo que tenemos la capacidad de manejar con éxito un canal e incluso ampliarlo, generando exponencialmente más ingresos que el administrado por los norteamericanos.  Nos organizamos y transformamos la base militar  norteamericana más importante de la región en un Centro del Conocimiento y la innovación no solo para Panamá, sino para el mundo en la Ciudad del Saber .  La entrada pacífica en Amador, se convirtió en el hogar de la única obra arquitectónica en Latinoamérica del afamado arquitecto Frank Gheri: el Biomuseo.  En la entrada atlántica, acabamos de inaugurar el puente de estructura de concreto y tensado, más largo del mundo para unir en un tercer punto, nuestra tierra dividida.  Pero así como nos podemos sentir orgullosos de tantos logros y avances que nos han permitido administrar nuestro territorio, debemos cuestionarnos y reprocharnos aquello que no está bien y que por más que tratemos de justificarlo, jamás estará bien.

Una de los aspectos que más se evidencian de un mal manejo de estos bienes es la contaminación de los ríos del área.  Rios como El Cárdenas, hace 20 años eran prístino porque las plantas de tratamiento estaban funcionando gracias al mantenimiento permanente, hoy eso ya ni se ve y mu
Deforestación en área canalera. Foto La Prensa
chas de las nuevas construcciones están vertiendo aguas crudas a éste y otros afluentes. así mismo vemos como se va tupiendo la telaraña aérea de tendido eléctrico, cuando la Ley 21 en su reglamentación indica taxativamente que ésta debe ser soterrada, precisamente para evitar interrumpir el entramado arbóreo que es prioridad, o debe serlo, en esta área.  Pero ya que hablamos del bosque, considero que es lo que más evidencia el manejo irrespetuoso y sin visión de su valor e importancia para la Cuenca del Canal y la propia subsistencia como cadena ecológica de biodiversidad entre el Atlántico y el Pacífico.  La fragmentación para la venta y desarrollo urbano y comercial, de uno de los Parques Nacionales más importantes: el Parque Camino de Cruces, bajo el grito de que "el progreso acaricia tus lares"se vende y se tala para hacer centros comerciales, barriadas,  ampliación de carreteras a ocho carriles, sin estudios profundos que sustenten el exabrupto ambiental.  Y lo más reciente, la venta de un bosque que debió legalmente incorporarse al PNCC-porque naturalmente está dentro de él- para mudar una escuela de un edificio construido a un bosque maduro.  Si a esto le sumamos una serie de
edificaciones abandonadas en muchas de las comunidades ex-zoneitas del atlántico y del pacífico, aún no se les da el tratamiento necesario para darle el mejor uso y aprovechamiento colectivo, pero nos resulta fácil vender para nuevas construcciones.  Mientras la infraestructura hidro-sanitaria sigue siendo prácticamente la misma que daba servicio a una población mucho menor y cuando aún éstas áreas eran bases militares.

Más allá que todo lo descrito y más, está  y ha estado bajo la responsabilidad  de los gobiernos de los últimos 20 años, los ciudadanos no dejan de tener su aporte al desmadre y al deterioro de éstas preciadas áreas, pagadas con sangre de muchos panameños y panameñas.  Hoy se puede ver la basura a lo largo de vías como la Forestal de Gamboa, o los autos estacionados sobre las zonas verdes justificados por la feria de los colegios del área o para ir a pagar la cuota obrero-patronal a las oficinas administrativas del  Seguro Social.  Como ya no hay un policía norteamericano que amenace con la detención, pareciera que la actitud colectiva es "ahora es tierra panameña y podemos dañarlo y comportarnos como hemos dañado y como actuamos en el resto del país".

Irónico porque cuando estaba en la escuela, precisamente en el 4to grado de mi historia anterior, la maestra nos pintaba el Panamá maravilloso que nos tocaría administrar y como con su ejemplo el Panamá en el que entonces vivíamos, imitaría las buenas prácticas de la "zona" en el resto del territorio nacional.

Corregimiento de Ancón

20 años están por cumplirse, tenemos de qué enorgullecernos, pero también mucho de qué avergonzarnos.  Pero podemos corregir, mejorar y así desdecir a aquel que dijo cuando la firma de los tratados Torrijos Carter:  "No te preocupes con eso de que ahora los panameños reciban el canal, ellos solitos se encargarán de destruirlo" Acordémonos que no solo se trata de manejar bien la ruta acuática, se trata de manejar en equilibrio y buen tino toda la región interoceánica, su urbanismo, sus bosques su agua y su gente.  Vamos, corrijamos la ruta y hagámoslo mejor!




lunes, 29 de julio de 2019

DE LECCIONES APRENDIDAS

Y aún más por aprender...

Cuando estaba en 4to grado de primaria, me sentaba en la parte de atrás con mi compañera María Eugenia a quien le encantaba dibujar emulando las entonces famosas foto-novelas; pasábamos horas dibujando y creando nuestro mundo de fantasía, sin enterarnos que hablaba la maestra ni lo que se hacía en clase.  Ese bimestre obtuve mis más bajas calificaciones en la historia de mi corta vida, hasta entonces.  La maestra habló con con mi mamá y ya deben imaginar las consecuencias.  Nos separaron, nos ubicaron adelante y pasé semanas después de clases actualizando mis cuadernos y poniéndome al día;  después de allí entendí que las decisiones que tomaba en la vida, tenían sus consecuencias y definirían mi camino.  En ese momento a estar en el grupo de los estudiantes problemas o a ser una estudiante sobresaliente.

Así la vida de tanto en tanto,  se me ha presentado con bifurcaciones en el camino, donde cada vez me corresponde elegir, como cuando tuve que plantarme:   Sigo en mi trabajo de arquitecta asalariada o abro mi propia firma con el recurso único de mi creatividad?...Opté por lo segundo.  Después de 13 años de ejercer como profesional independiente, me planteo:  Continúo con la maravillosa práctica  de la arquitectura  que me encanta o pospongo para  dirigir una organización no gubernamental para la defensa del ambiente?... me decidí por la segunda opción.  Continúo desde la sociedad civil organizada alzando mi voz y trabajando junto a otros en la defensa del ambiente, o doy el paso y acepto ir a una formula política para trabajar por la ciudad de Panamá como vicealcaldesa?... nuevamente opté por la segunda posibilidad.

De todas estas decisiones, lo importante es que me han llevado a mirar más allá de las que yo creía, eran mis únicas posibilidades para hacer el bien que me proponía.  Pero siempre, había un paso más allá, al otro lado del camino.

Lo que ha sucedido con esto, es que no obstante haber ejercido la carrera que me propuse estudiar, he sido presentadora de televisión, activista ambiental, directora de ONG's, y vice alcaldesa.  Pero siempre, siempre he querido dejar una huella positiva en lo que he hecho, superando el miedo de lanzarme a lo desconocido.  Pero lo que quisiera hoy con este escrito, es compartirles mi reflexión de lo aprendido de toda esta variada experiencia, desde diversos sectores del quehacer de nuestra
sociedad.

Entendí que como ciudadana tenía un rol que jugar  en esta sociedad y no solo como beneficiaria de los impuestos que pagaba.  Comprendí como dirigente de grupos organizados, en defensa del ordenamiento de la ciudad y de la protección de nuestro ambiente, había que perderle el miedo a los enormes intereses económicos, que me parecía -hasta entonces- eran los únicos que decidían el qué, el cómo y el dónde se hacía lo que se hacía, más allá del impacto que representara.  Aprendí desde el servicio público, que si bien era un privilegio ejercer desde "el poder"la toma de acciones concretas en beneficio de la sociedad, que éste era limitado y supeditado a una serie de  tejidos burocráticos y políticos, que hace disminuir su verdadero impacto, pero que al mismo tiempo crea los balances que se requieren en una democracia.  Aprendí que el poder ciudadano es más poderoso de lo que aparenta, cuando se ejerce en conciencia y con responsabilidad.

Hoy la vida me pone de frente ya no un camino con dos bifurcaciones, sino una encrucijada de vías que se entrelazan hacia el mismo norte.  Con todo lo recorrido, desde tantas rutas, quiero y puedo seguir aportando al desarrollo de mi país, junto a profesionales valiosos, con los saberes ganados, pero sobre todo con las lecciones aprendidas, cuya máxima lección es que siempre se puede aprender más y cada vez, hacer mejor

miércoles, 24 de julio de 2019

Que tan viable es una playa artificial en la Bahía de Panamá?

Y si recuperamos las playas que ya tenemos?



Con respecto a la creación de una playa artificial a lo largo de la Cinta Costera en la Bahía de Panamá, comparto la entrevista que me hicieran en TVN con consideraciones compartidas, con muchos profesionales que han estudiado y coincidimos en recomendar realizar profundos estudios para analizar la viabilidad ambiental y socioeconómica de la propuesta:


https://www.tvn-2.com/nacionales/Raisa-Banfield-sugiere-intervenciones-Panama-ciudad-alcaldia-playas_0_5357464212.html

domingo, 14 de julio de 2019

De Ciudades Monotemáticas a Ecosistémicas


En el interior de Panamá
Para mi, uno de los placeres más gratificantes: poder descubrir el paisaje natural de nuestros pueblos, cuando en recorrido por carretera, me dirijo a algún punto del interior de la República.  Esa fue precisamente la experiencia del pasado fin de semana, rumbo a Chiriquí.  

Volcán
La riqueza en el camino pasa desde bosques tropicales que te abrazan, hasta prados de cultivos, atravesando caseríos campesinos, con actividades tanto diversas como distantes a las de la urbe.  Siempre es un descanso a la vista, pero sobre todo a la congestión de mente y a veces, hasta del alma.  Ya en Chiriquí, la variedad es impresionante, desde climas, hasta vegetación y flora.  Paisajes de montañas nubosas en Tierras Altas, hasta los bajos del pacífico con playas majestuosas como las de Puerto Armuelles.

Boquete
Playa en San Vicente, Puerto Armuelles
Precisamente estando en esta Tierra de contrastes, por sus riquezas naturales, dos aspectos me vinieron de particular relieve:  el contraste entre la prosperidad productiva y turística de tierras altas, vs la soledad y percepción de abandono de la zona baja costera, como Puerto Armuelles.  Este último con unas playas hermosas, un urbanismo que otrora fuera a la vanguardia de muchos en el resto del país, con arquitectura tropical emplazada en un paisajismo que aún destaca una belleza natural singular. La historia riquísima de un pueblo porteño, de gran auge en el siglo pasado, de donde aún hay vestigio en su viejo muelle, las ruinas del ferrocarril y la nostalgia por lo que dejó la era bananera.   

Todo esto no me hace más que pensar en ¿por qué teniendo tanto, se desarrolla  tan poco?  Caminando por sus calles, entrando a sus viajes edificaciones, la respuesta casi salta a la vista. Hacer que el desarrollo de un pueblo o ciudad, dependa de una actividad, por más lucrativa y que de ella deriven actividades indirectas, no promoverá un desarrollo integral y sostenible, será solamente para "los buenos tiempos" y en los malos...ya veremos.

Puerto Armuelles
Pensar en las ciudades como un todo, un conjunto de dinámicas y realidades que coexisten y son interdependientes. No como ciudades monotemáticas donde todo lo demás depende de esa actividad o realidad principal:  Panamá y su Canal, Cerro Punta y la agricultura, Darien y el aprovechamiento maderero, Puerto Armuelles y la actividad bananera... NO! Las ciudades son gente, naturaleza, cultura, producción de alimentos o de bienes, pero también sitios para visitar y conocer.  Esto último porque cada condición natural o cultural que las caracteriza, las convierte en sitios únicos y especiales para el turismo, la investigación o simplemente para su descubrimiento.  Pensar las ciudades como un todo y desarrollarlas como un ecosistema, depende de la participación y el reconocimiento de todos sus actores; su gente, sus autoridades, sus empresarios, todos.  Solo pensando y actuando así, las ciudades pueden distribuir sus inversiones, pero también hacer de estas mejores garantes de los bienes y recursos que sostienen a largo plazo las mismas.  Reconocer los valores y activos, pero también las vulnerabilidades y debilidades de las ciudades, permite mirarlas como un ecosistema que distribuye mejor cargas y contrapesos del crecimiento, pero también  la custodia de sus patrimonios naturales y culturales.


domingo, 30 de junio de 2019

EN 5 AÑOS DE 500...

Son muchas las experiencias que se viven en 5 años:  un bebe, aprende a gatear, caminar y hasta llega al preescolar; un pre adolescente se convierte en adulto y termina su ciclo de estudios escolares, un pequeño plantón -con el cuido necesario- se convierte en un arbusto capaz de sobrepasar la adversidad del entorno hasta llegar a ser un árbol.  Pero también en 5 años, se puede transformar una ciudad....

Esa fue la tarea que hace 5 años, me invitó a desarrollar junto a él, José Isabel Blandón.  Era todo un desafío cuando como ciudadanos estábamos acostumbrados a la ciudad agresiva, aspirando a que mejorara, pero sin que nadie quisiera ceder de sus espacios conquistados en su pequeño espacio de ciudad.  Abordar el intrincado tema de las inundaciones, culpándonos unos a otros, sin que nadie fuese responsable; la recuperación del espacio público, la salud y cuido del arbolado urbano; el desarrollo de procesos culturales vistos y entendidos más allá de eventos específicos, sino desde la creación de procesos de pertenencias y empoderamiento social.  Y el principal reto de todos, crear por primera vez desde la autoridad local, el plan de ordenamiento de la ciudad, con  una visión integrada mucho más allá del usualmente entendido "uso de suelo", sino visto desde la gestión ambiental, social, inversión pública, integración de los espacios públicos y de conservación a las áreas desarrollables y con visión de riesgo.  Todo esto y más en un plan de 5 años de gestión , con una proyección a 20 años en la implementación de los diversos proyectos extendidos en el tiempo.



Y así transcurrieron 5 años con el apoyo de muchos aliados locales e internacionales, que atraídos por la capacidad de trabajo y la visión clara, se sumaron en el proceso de transformar nuestra ciudad.  No hubiésemos podido lograr tanto sin ayuda de la cooperación internacional, o los fondos no reembolsables de la banca internacional o el conocimiento técnico y recurso humano de academias, universidades e instituciones de ciencia e investigación.  Sin embargo, considero que de los frutos más valiosos de estos 5 años, construir ciudadanía a través de los procesos de participación y discusión de proyectos, planes de ordenamiento, elaboración de murales artísticos, deliberaciones en presupuestos participativos, fue de los resultados más enriquecedores y estimulantes.  No era fácil someterse cada vez al escrutinio público, a la crítica - a veces respetuosa, a veces no tanto- al cuestionamiento, pero después de superado todo ello,  aunque el proceso no fue fácil, fue altamente enriquecedor y nos dejó avances en la construcción de puentes entre ciudadanos y sus autoridades, entre voluntades y acciones concretas.

Grandes retos aún por atender: la continuidad en el seguimiento a los problemas de riesgos en la ciudad, ya identificadas acciones y soluciones; continuación de la recuperación de espacios públicos, parques, aceras; ampliación de los programas de movilidad no motorizada en la ciudad; implementación de normas que quedan para aprobación del Concejo Municipal y lograr así mayor coherencia entre lo que se planifica y lo que se aprueba en campo; extender el inventario y mantenimiento arbóreo, con el debido reemplazo de las especies más aptas en el desarrollo urbano,  el fortalecimiento del programa Basura0, que pase de proyectos pilotos a la implementación de las políticas y estrategias en los 26 corregimientos; en fin, solo sembramos la semilla, construimos los pilares, afinamos los motores....como se quiera decir, la transformación de la ciudad empezó, debe avanzar y no se puede permitir retroceder.  Además dejamos todo listo para la celebración de 500 años de ciudad, una ciudad multicultural, multiétnica, biodiversa, una ciudad maravillosa.

Luego de 5 años- en los que cumplí 50 y la ciudad cumple 500,  (nada es coincidencia) ...puedo decir que han sido los más desafiantes de mi vida, pero también los más gratificantes.   Me siento profundamente orgullosa y agradecida de haber servido a mi ciudad, a mi país a través del honroso cargo de servidora pública, electa como vicalcaldesa de la ciudad de Panamá.  Gracias a Jose Blandón, por haberme invitado a ser parte de su fórmula con visión de ciudad, a los votantes que depositaron en nosotros la confianza y al trabajo incansable y comprometido de colegas y compañeros de trabajo en esta maravillosa aventura, que nos permitió consolidar a Panamá, como una ciudad más humana, sostenible y global. Gracias Ciudad de Panamá!!

Carta Abierta a Mi Hija (desde un Panamá minero)   Recuerdo como si fuera ayer, como me afané en que todo estuviese listo para cuando nacier...