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martes, 30 de noviembre de 2021

200 AÑOS DESPUÉS, COMO 500 AÑOS ATRÁS

La historia natural del istmo tiene alrededor de 3 millones de años desde su emersión de las profundidades del mar; sin embargo, la presencia humana, según investigaciones del doctor Richard Cooke del Insituto Smithsonian, data de de 11,000 años atrás, encontrándose vestigios de herramientas en el área de la Yeguada, que documentan su forma de vida y de producción agrícola de entonces.  Al ser reversible el impacto de aquel estilo de vida, la naturaleza volvió a cubrir con bosques las desprotegidas tierras de entonces.

Hace algo más de 500 años con la llegada de los colonizadores españoles, la forma humana de relacionarse con la tierra y el entorno cambió drásticamente, porque al traer el modelo de desarrollo del entonces mundo conocido, trajo consigo una agricultura más intensiva, la ganadería, la construcción de ciudades y con ello, la urbanización de la naturaleza.

Nuestra independencia de los colonizadores, hace 200 años, no implicó una ruptura con la forma de hacer, comer, construir o entender el desarrollo que trajeron consigo.  Esa independencia no implicó una mirada atrás de cómo era nuestra relación originaria, simplemente continuamos adelante, ahora uniéndonos a Colombia, en búsqueda de crecimiento, bienestar y desarrollo.

200 años han pasado de esa independencia colonial y las áreas de rica biodiversidad de nuestro territorio, han quedado reducidas al 33% de lo que antes era su cobertura natural total.  Ciertamente encontrar el balance entre el crecimiento, bienestar humano y protección natural, es cada día un mayor desafío y requiere de nuevos entendimientos y aplicación del conocimiento para lograrlo; pero no es imposible.


Hoy cuando todo indica que el planeta está superando su capacidad de generación de recursos y de procesamiento de los desechos, hoy cuando la crisis climática obliga ano solo cambiar el discurso sino también las acciones: es cuando ese ¨residuo de nuestros suelos¨ utilizados para el desarrollo, ese 33% de áreas protegidas, debe ser comprendido como el elemento clave para la sustentación de la vida humana como la conocemos, para la generación de los recursos que necesitamos y para la mitigación de los problemas ambientales -que con nuestro hacer- hemos generado.  Ese 33% de áreas protegidas, no son un despropósito del desarrollo, no son suelos ociosos o un obstáculo para el crecimiento moderno; esas áreas son la base del desarrollo que aún no hemos comprendido en su totalidad, su deber ser.  El verdadero despropósito es dárselas a la minería, a la expansión de la frontera agrícola o a la urbanización que malentiende que todo lo que necesitamos está enmarcado sólo en lo que se construye.

200 años después pareciera que volvimos 500 años atrás, donde no comprendíamos que la riqueza que teníamos era mayor que los espejos de intercambio.  Privatizar las tierras nacionales, áreas protegidas, a través de decreto, a modo de edicto real, como en tiempos de la corono; no solo nos pone en retroceso de una gestión moderna y adecuada de los recursos naturales, sino que nos pone en desventaja ambiental y climática; desmejora las condiciones de las poblaciones directamente impactadas y nos desdice como nación por la palabra empeñada y con los compromisos asumidos internacionalmente.  No al retroceso ambiental, No al Decreto 141!


miércoles, 22 de abril de 2020

LA TIERRA CELEBRÓ, COMO LE DIO LA GANA


Día de la Tierra 2020 


Por primera vez desde que se estableció la conmemoración del Día de La Tierra en 1970, es el mismo planeta el que toma la iniciativa para que lo celebremos con acciones.

Este año en celebración del Día de la Tierra no veremos murales en las escuelas porque están cerradas, no habrán congresos, ni reuniones que impliquen que corramos de un punto a otro- en nuestro auto- para llegar a la celebración; no firmaremos convenios ni acuerdos ambientales, tampoco habrán actividades de reforestación, ni de reciclaje simplemente porque la vida, como la conocimos se detuvo.  Esa vida de “corre corre”, que hacÍa una pausa para celebrar la tierra cada 22 de abril, ahora está en pausa y la Tierra celebra.

Ahora hemos tenido semanas para experimentar el canto de los pájaros porque ya no escuchamos el ruido de los autos; por días hemos apreciado los cielos despejados porque ya no hay maquinarias e industrias tirando grandes cantidades de humo.  Ahora vemos las especies que viven en nuestros vecinos bosques urbanos, porque ya no hay sierras talando sus hábitats.  

Creo que esta es la celebración más real que ha tenido el planeta desde el primer día de la tierra, cuando se estableció como premisa que teníamos que tomar acciones a favor del planeta; a falta de ellas o en consecuencia de nuestras acciones adversas, el planeta tomó las propias y la naturaleza celebró

Luego de esta pandemia, entendida la lección, debemos ser nosotros quienes le demos seguimiento a las prácticas que nos ayuden a restaurar hábitats, a recuperar ríos, a descontaminar el cielo y poder decir como la madre naturaleza hoy:  Felíz Día de la Tierra

lunes, 26 de agosto de 2019

Y SI SE ROMPE EL PUENTE, ¿QUE HACEMOS?

Foto: Amazonas en Llamas- imagen de NetTV 23-8-2109

La riqueza natural planetaria está amenazada por la pérdida de sus bosques;no podemos mirar solo a Brasil, en Panamá, puente del mundo, la biodiversidad se empieza a desconectar

El mundo entero ha contemplado, casi petrificado, el incendio del bosque amazónico brasileño. Con profundo sentido de impotencia y frustración, hemos sido testigos de como se incineran miles de hectáreas, ante acusaciones por parte del presidente Bolsonaro, más que acciones concretas para contrarrestarlo.  Estos bosques tropicales son considerados el pulmón del mundo,  porque siendo que ésta franja localizada entre el trópico de Cancer y Capricornio y que hace miles de años cubría el 12% del globo y hoy que cubren no mas del 5%, alberga el 50% de la biodiversidad del planeta, es gran generadora de oxigeno  y receptora importante de CO2.  El 25% de éstas selvas, se localizan en Brasil, siendo ésta la masa boscosa tropical más grande del mundo.


 Pero mientras esto pasa en Brasil, también se queman bosques en Las Canarias, en Siberia y otros muchos focos en el mundo, que no por menos importantes, es menos preocupante ver como se pierden estos irremplazables ecosistemas.  Para el año 2017, según la organización Global Forest Watch se perdieron 15.8 millones de hectáreas boscosas en el planeta.  Eso equivale a dos veces el tamaño de Panamá.  Y sucede por quemas, sí, en su mayoría, pero el incendio es solo la vía para:  extender la frontera agrícola-normalmente para monocultivos-para construcción inmobiliaria, industrial de diversa índole, para transformación de suelos boscosos a "productivos" mal entendiendo que al ser boscosos, no son "producen".  Mientras en realidad están produciendo: agua, oxígeno, biodiverisidad, captura de carbono para el planeta entero.

Panamá es parte de este gran problema, porque en los últimos 60 años, ha perdido más del 50% de sus bosques.  A falta de una política ambiental que priorice riquezas naturales por encima de industrias extractivas o de una insostenible política agrícola, o ante la falta de entendimiento entre la necesidad de convivencia entre lo urbano y lo natural, perdemos indiscriminadamente bosques;  mientras tratamos de reforestar no con mucho éxito en el resultado y el tiempo.  Recientemente la Revista" Scientific American"  Publicó:  Panama Risks Becoming a Broken Link in an Intercontinental Wildlife Route.  

Esto se traduce en que los riesgos ambientales de Panamá, amenazan con romper el puente, que desde hace 3 millones de años ha conectado la biodiversidad del norte y el sur del continente.  Perdiendo con esto nuestra originaria -a mi parecer- más importante vocación de conectividad planetaria, la que transformó el mundo al conectar el norte y sur americano.
Foto: FAO Deforestación
en Panamá



La fragmentación boscosa impide que las especies migren en busca de alimento, de  mejores climas y para su natural apareamiento. Los expone al temor humano cuando invaden áreas urbanizadas a la muerte, los aísla en parches de bosque lo que al final se traduce en la extinción de muchas especies que conocemos.  Pero esto no solo está pasando en las selvas del Darién, en donde se están perdiendo cerca de 8.1 hectáreas diarias, según la publicación de La Prensa de hoy 26 de agosto, también se están perdiendo los bosques del área canalera por decisiones atomizadas, logísticas, urbanísticas, económicas, pero sin la mirada integral de la necesaria protección de nuestras selvas.

Foto: Laurentino Cortizo en Twitter Noviembre 2018




Qué hacemos?  Protestamos en Brasil? Nos amarramos a los arboles del Darién? Cerramos las calles en el área del Canal?.... 

Ninguna acción que evidencie el problema y demande acciones de autoridades  y actores claves, se puede descartar; pero no nos podemos contentar con eso.  Debemos actuar individual/colectivamente:  Reduciendo consumo de carne, consumiendo productos locales, mientras más cerca de nuestro centro urbano, mejor y si los podemos producir en casa, excelente!.  Caminando más, eliminando el plástico desechable, evaluando donde compramos la nueva casa que su construcción, implicó la tala de otro bosque; reduciendo nuestra adquisición de metales preciosos.   Sembremos, pero también contribuyamos a detener la deforestación, reciclemos y reduzcamos el consumo de los inservibles....Todo, todo lo que hagamos cuenta, porque somos los consumidores y la forma en que consumimos, lo que determina el que el mercado siga ofreciéndonos "espejo a cambio de oro", es decir, cambiándonos riqueza natural por depredación.  


Nuestras acciones individuales sumadas cuentan y obligan políticas de Estado más consolas con la realidad, nuestras acciones conscientes evitan que políticos desconocedores de los problemas climáticos, sigan impulsando Políticas desfasadas que ya no son acordes a la realidad planetaria y a la adaptación de la economía a la adaptación climática.  

Estemos todos claros, que el que está en peligro NO es el planeta, éste continuará sin nosotros; somos la raza humana, la que está en peligro de extinción. Entonces, ¿qué hacemos?

domingo, 4 de agosto de 2019

A 20 AÑOS DE LA ENTRADA AL CANAL DE PANAMÁ...

¿Qué pasó después
que cantamos orgullosos "Patria" y entramos corriendo a la zona agitando nuestra bandera tricolor?

31 de diciembre 1999, reversión del Canal a Panamá
Hace 20 años, en Panamá nos preparábamos emocionados, porque finalmente, luego de muchas luchas, tratados bilaterales, campañas y gestas reivindicativas, íbamos a recuperar el Canal y su Zona.  Pero eso no ocurriría de un día para otro; desde la firma de los Tratados Torrijos-Carter el 7 de  septiembre de 1977, se iniciaba la cuenta regresiva hacia ese lejano 31 de diciembre de 1999, para prepararnos -no solo en administrar la vía interoceánica- sino también para recibir y gestionar de la mejor forma posible y para el mayor uso colectivo, todos los bienes  estructurales pero también naturales que conformaban esos 1.432km2 de    
extensión de la Zona del Canal.

Con responsabilidad y con visión de nación, varias administraciones gubernamentales fueron preparando los diálogos como el de Contadora, estudios, diagnósticos, consultas. En 1993 se crea la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI) y luego de mucha discusión y trabajo,  logramos en 1997 con el consenso político y de la sociedad en general, la Ley 21 de es año, que contenía el Plan General y el Regional de Usos de Suelo para la Región Interoceánica, con sus respectivos mapas que establecían- tal cual señalaban sus títulos-la forma en que se organizaba y se incorporaba al desarrollo nacional, ese nuevo territorio, desde siempre tierra istmeña, pero que por casi un siglo, había sido ocupado y administrado por los Estados Unidos de América.

Ciudad del Saber. Foto Mi Diario
Casi 20 años han pasado y los panameños hemos podido demostrar al mundo que tenemos la capacidad de manejar con éxito un canal e incluso ampliarlo, generando exponencialmente más ingresos que el administrado por los norteamericanos.  Nos organizamos y transformamos la base militar  norteamericana más importante de la región en un Centro del Conocimiento y la innovación no solo para Panamá, sino para el mundo en la Ciudad del Saber .  La entrada pacífica en Amador, se convirtió en el hogar de la única obra arquitectónica en Latinoamérica del afamado arquitecto Frank Gheri: el Biomuseo.  En la entrada atlántica, acabamos de inaugurar el puente de estructura de concreto y tensado, más largo del mundo para unir en un tercer punto, nuestra tierra dividida.  Pero así como nos podemos sentir orgullosos de tantos logros y avances que nos han permitido administrar nuestro territorio, debemos cuestionarnos y reprocharnos aquello que no está bien y que por más que tratemos de justificarlo, jamás estará bien.

Una de los aspectos que más se evidencian de un mal manejo de estos bienes es la contaminación de los ríos del área.  Rios como El Cárdenas, hace 20 años eran prístino porque las plantas de tratamiento estaban funcionando gracias al mantenimiento permanente, hoy eso ya ni se ve y mu
Deforestación en área canalera. Foto La Prensa
chas de las nuevas construcciones están vertiendo aguas crudas a éste y otros afluentes. así mismo vemos como se va tupiendo la telaraña aérea de tendido eléctrico, cuando la Ley 21 en su reglamentación indica taxativamente que ésta debe ser soterrada, precisamente para evitar interrumpir el entramado arbóreo que es prioridad, o debe serlo, en esta área.  Pero ya que hablamos del bosque, considero que es lo que más evidencia el manejo irrespetuoso y sin visión de su valor e importancia para la Cuenca del Canal y la propia subsistencia como cadena ecológica de biodiversidad entre el Atlántico y el Pacífico.  La fragmentación para la venta y desarrollo urbano y comercial, de uno de los Parques Nacionales más importantes: el Parque Camino de Cruces, bajo el grito de que "el progreso acaricia tus lares"se vende y se tala para hacer centros comerciales, barriadas,  ampliación de carreteras a ocho carriles, sin estudios profundos que sustenten el exabrupto ambiental.  Y lo más reciente, la venta de un bosque que debió legalmente incorporarse al PNCC-porque naturalmente está dentro de él- para mudar una escuela de un edificio construido a un bosque maduro.  Si a esto le sumamos una serie de
edificaciones abandonadas en muchas de las comunidades ex-zoneitas del atlántico y del pacífico, aún no se les da el tratamiento necesario para darle el mejor uso y aprovechamiento colectivo, pero nos resulta fácil vender para nuevas construcciones.  Mientras la infraestructura hidro-sanitaria sigue siendo prácticamente la misma que daba servicio a una población mucho menor y cuando aún éstas áreas eran bases militares.

Más allá que todo lo descrito y más, está  y ha estado bajo la responsabilidad  de los gobiernos de los últimos 20 años, los ciudadanos no dejan de tener su aporte al desmadre y al deterioro de éstas preciadas áreas, pagadas con sangre de muchos panameños y panameñas.  Hoy se puede ver la basura a lo largo de vías como la Forestal de Gamboa, o los autos estacionados sobre las zonas verdes justificados por la feria de los colegios del área o para ir a pagar la cuota obrero-patronal a las oficinas administrativas del  Seguro Social.  Como ya no hay un policía norteamericano que amenace con la detención, pareciera que la actitud colectiva es "ahora es tierra panameña y podemos dañarlo y comportarnos como hemos dañado y como actuamos en el resto del país".

Irónico porque cuando estaba en la escuela, precisamente en el 4to grado de mi historia anterior, la maestra nos pintaba el Panamá maravilloso que nos tocaría administrar y como con su ejemplo el Panamá en el que entonces vivíamos, imitaría las buenas prácticas de la "zona" en el resto del territorio nacional.

Corregimiento de Ancón

20 años están por cumplirse, tenemos de qué enorgullecernos, pero también mucho de qué avergonzarnos.  Pero podemos corregir, mejorar y así desdecir a aquel que dijo cuando la firma de los tratados Torrijos Carter:  "No te preocupes con eso de que ahora los panameños reciban el canal, ellos solitos se encargarán de destruirlo" Acordémonos que no solo se trata de manejar bien la ruta acuática, se trata de manejar en equilibrio y buen tino toda la región interoceánica, su urbanismo, sus bosques su agua y su gente.  Vamos, corrijamos la ruta y hagámoslo mejor!




domingo, 9 de septiembre de 2018

DE LAS PREGUNTAS MÁS FRECUENTES:




https://www.instagram.com/p/BmzNIinBkMm/?hl=es-la&taken-by=raisa_banfield


Hay ocasiones en que las acciones no se planean, solo suceden. La defensa ambiental, tiene muchas aristas que van desde la educación, sensibilización, propuestas y proyectos, pero también acciones que visibilicen que no podemos seguir destruyendo nuestros recursos naturales por proyectos que no los justifican por ser insustentables.

Hay otras, en las que en cambio podemos trabajar desde la toma de decisiones en cambiar cosas, iniciar procesos, que aunque pequeños ante los grandes retos y desafíos, pueden empezar a darle un nuevo rumbo a las tradicionales acciones que deterioran nuestra calidad de vida.... Sí, lo se, no se ven, no se nota, cómo entonces hacer la diferencia?  Sumar a más, perserverar, insistir hasta lograrlo. A veces estos pasos nos llevan al plano político, pero no es el único desde donde se puede hacer la diferencia, pero sí es necesario y ahora, por más difícil que sea, lo comprendo mejor que nunca

Todo en cuanto podamos hacer la diferencia, cuenta.  Los cambios cuestan, pero para dirigir los pasos hacia la sosteniblidad, son necesarios

lunes, 7 de agosto de 2017

¿MAL TIEMPO O MALA PLANIFICACIÓN?

Se ha convertido en normalidad, que en cada periodo lluvioso veamos en los diversos noticieros, imágenes de las inundaciones en diversos puntos del país; particularmente en el área de Panamá Este y más recientemente en Panamá Oeste.  Continuamente se hace mención a que hubo inundación debido al “mal tiempo”, pero la lluvia no es mal tiempo, la lluvia es agua que trae vida, que regula el suelo, el clima, purifica, es parte del ciclo natural; así que no podemos decir que es mal tiempo.  La inundación no se produce porque llueve, se produce porque hemos ocupado el espacio del agua y borrado las barreras que la contienen.

Cada vez somos más y demandamos suelo para ocuparlo, pero esta ocupación la estamos haciendo de manera indiscriminada sin dejar espacio a que los ríos –que son entes dinámicos y cambiantes- crezcan y se desborden, hemos acabado con sus bosques de galerías, mismos que nos protegen durante sus crecidas; a las quebradas se les ha llamado “desagües pluviales” y bajo ese pseudónimo se aprueban supuestas mejoras, que permiten que se canalicen y entuben, intensificando la concentración hídrica, que luego buscará siempre los puntos más bajos para salir y éstos, normalmente ya están poblados. 

Si a lo antes descrito, sumamos que se están rebanando montes, devastando bosques, rellenando cuenca baja –zona natural de drenaje de ríos- e ignorando afluentes y ojos de agua que se encuentran en los terrenos, el asunto es muy grave.  Lo más penoso es ver, cómo lo que se hizo hace décadas en Panamá ciudad, por desconocimiento, ignorancia o pensando que la ingeniería todo lo resolvería, hoy se repite más rápido y a más vasta escala en Panamá Oeste.  Es por ello que empezamos a escuchar de inundaciones sobre barrios tradicionales donde nunca antes se dieron. 

Vivimos en un país ubicado en el trópico húmedo, eso quiere decir que llueve hasta 10 meses al año, por encima de 2000mm3. Tenemos 52 cuencas hídricas, con más de 500 ríos importantes y llenas de afluentes y quebradas que las nutren; tenemos un elevado nivel freático, lo que quiere decir que el agua está a flor de piel y como si faltara algo, vivimos entre dos oceános a nivel del mar.  Entonces, cómo es posible que con esta condición sigamos ignorando el agua, pensando que entubándola y echándole tierra encima la dominamos?

Por años hemos pensado que no pasa nada, porque mientras había mucho suelo disponible, el agua encontraba espacio para drenar.  Sin embargo en la medida que vamos ocupando más suelo, éste pierde permeabilidad, capacidad de absorción y drenaje y simplemente nos encontramos flotando en medio del agua que no tiene por donde salir.

Cuál es la propuesta?


Diseñar con el agua. Ningún proyecto de urbanización, comercial, institucional, en resumen: ninguno, debe ser aprobado sin considerar zonas verdes naturales libres; no de estacionamientos, no de aceras, zonas verdes libres. Además deben respetarse en diseño y durante la construcción, los bosques de galería, las riberas de ríos y los humedales.  Pareciera fácil de hacer cumplir, pero el problema empieza porque en muchos de los planos ni siquiera los evidencian, simplemente son inexistentes.  Los estudios ya están hechos, las indicaciones de que hacer ya están en blanco y negro, solo falta alinear acciones, coordinar procedimientos de aprobación y fiscalizar en campo para que se respeten.  Pero este compromiso debe ser de parte y parte; de quien diseña, de quien aprueba, de quien construye y de quien fiscaliza; nadie debe ignorarlo, porque de ésto dependen las vidas que se ven afectadas y que luego, en el noticiero salimos diciendo que fue culpa del “mal tiempo" 

viernes, 14 de abril de 2017

DE BASURA, ACERAS Y ÁRBOLES

Hagamos que todo cuente en la lucha contra cambio climático


En estos últimos quince días, he vivido tantas de aquellas pequeñas y simples experiencias que satisfacen y dan mucho sentido a lo que hacemos a diario, pero que no sabía cómo volcarlas todas juntas para ponerlas en blanco y negro y compartirlas, por ello el título que parece desconectado, pero donde cada palabra se complementa perfectamente cuando hablamos de cuidar la casa de todos. 

Inaugurando un Punto Limpio en La Locería, Bethania
De Basura
Con los vecinos de Villa Soberanía en Bethania
Hace algunos días tuve la oportunidad de compartir con vecinos (mayormente mujeres) cuando inaugurábamos como Alcaldía de Panamá, en conjunto con ANCON y Cervecería Nacional, 4 nuevos puntos de recolección para reciclaje que llamamos Puntos Limpios, dentro del programa Basura Cero.  Ver el entusiasmo de estas personas de poder involucrarse con el reciclaje en su comunidad, motiva y llena de energía.  En su mayoría señoras de la edad dorada, expresaban su alegría de poder contribuir con el cuidado de la ciudad y del planeta, procurando que los vecinos hicieran buen uso de los puntos limpios, disponiendo correctamente los desechos separados de manera que pudieran manejarlos mejor nuestros recicladores de esta hermosa cadena de valor, cadena de gente que se involucra y aporta su granito de arena en el cuidado de la casa de todos.  Llevar menos residuos al vertedero, es la meta; disminuir la contaminación de aguas, suelos, aire (con la generación del metano que se produce en la descomposición) es prioritario.  Hay quienes piensan que “no es rentable” porque solo se calcula en el costo-beneficio directo de lo que se recoge y produce, pero es necesario pensar en los costos indirectos en salud, descontaminación, energía, etc… solo mejorar nuestra calidad ambiental, no tiene precio.

De Aceras

No necesita explicación
Recuperación de servidumbres y aceras
 en el centro  de la ciudad
Caminar más, usar menos carros, disminuir emisiones de CO2, frases que se dicen y se repiten y muchos aspiramos a que sean una realidad,  pero cómo se traducen en acciones para y por la ciudad?... Cambiar el modelo de cómo nos hemos movido siempre y de cómo hemos ocupado el espacio público (porque es de todos no es de nadie) no es fácil y requiere revolver el fondo de la olla para cambiar, transformar e implica incomodarnos, sacrificar y adaptarnos.  Vivir en una metrópolis demás de 1 millón de habitantes que ni siquiera fue planificada para ello, no es fácil, pero se puede lograr.  Toda esta introducción la hago porque esta semana  se alborotó todo el tema de las nuevas aceras y los carros estacionados sobre ella, dónde estacionar y más… Tenemos que optar por lo que queremos y hacia dónde queremos ir; cederle todo el espacio construido al carro no es justo ni sostenible, entender que el espacio para el peatón debe ser una prioridad de la ciudad, es lo correcto, hacer ese cambio de paradigma en las mentes es más difícil que recuperar la servidumbre en el espacio físico, pero necesario y posible.  Aceras amplias y generosas que posteriormente nos conecten con ciclorutas que nos permitan, en modalidad compartida, movernos por la ciudad en diversas formas sin tener que hacer uso del carro, es una meta alcanzable y que nos ayudará como ciudad a pasar del discurso a las acciones reales contra el cambio climático.  Ya no se trata de charlas y murales, desfiles y ferias ambientales; se trata de cambiar patrones de conductas para lograr resultados efectivos
De Arboles
Arbol de Guayacan en el Cangrejo
Nuestros mejores aliados pero muchas veces receptores de nuestros peores tratos.. que hay de ellos en la ciudad? Ahora y por primera vez, el municipio los estudia con apoyo del Instituto Smithsonian y de la Universidad de Panamá, conociendo su estado fitosanitario para mejorar su mantenimiento, reemplazar los ya enfermos incurables y sembrar con especies adecuadas para la urbe (que no son necesariamente los que disfrutamos de su hermosa sombra en una hamaca en el interior).  Otro proceso que demanda cambio de chip es que no podemos sembrar cualquier árbol en la ciudad, dejar que crezca a la buena de Dios y luego pensar que después de 50 años no representarán un peligro.  Debemos sembrar los adecuados, considerando sus raíces, que procuren sombra, preferiblemente que floreen y den frutos, pero sobre todo que le demos el correcto mantenimiento a lo largo de su vida, he allí el mayor de los retos.

Vacas bajo sombra en Azuero
Terrminando mi semana pude escaparme con mi esposo hacia la región de Azuero; hubo algo que me llamó la atención poderosamente, ver  en esto vastos potreros algunas recuperaciones de árboles y como el ganado se refugiaba en el en todas las fincas del camino. Una confirmación más que ir contra la naturaleza no es buen negocio; potreros pelados tienen vacas flacas y deshidratadas,  en cambio los que tienen árboles, sus vacas reposan, se hidratan y están más saludables. Es simple, aprendamos de la naturaleza









Carta Abierta a Mi Hija (desde un Panamá minero)   Recuerdo como si fuera ayer, como me afané en que todo estuviese listo para cuando nacier...