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viernes, 10 de diciembre de 2021

La Política Ambiental, más allá de la política


Hace unas semanas atrás, la periodista Yisell Arévalo me contactó porque le interesaba realizarme una entrevista sobre temas ambientales.  Siempre voy muy abierta a estos diálogos, porque desde que me involucré en estos temas, comprendí que el buen periodismo, era la mejor manera de lograr que más gente tuviera acceso a la problemática ambiental y a sus soluciones; así que fui muy dispuesta a mi entrevista.  

Fue muy variada, pero muy temprano en la conversación me di cuenta, que en el fondo querían saber, es si yo estaba buscando postularme en política nuevamente.  De hecho fue la pregunta que precisamente generó el título de la entrevista.  

Amé servir como Vicealcaldesa y en más de una ocasión como Alcaldesa Encargada de la ciudad de Panamá; sin embargo, es una etapa de mi vida que dediqué con pasión al servicio público, que culminó en junio 2019.  Hoy con el mismo norte, determinación y pasión sigo trabajando por Panamá desde otros ámbitos, que muy pronto contaré en detalles; mientras tanto comparto con ustedes esta conversación con Yisell y Edward -su genial fotógrafo- para Destino Panamá, porque me parece que resume bien mis posturas y opiniones ante nuestra realidad socio, económica y ambiental hoy.

https://destinopanama.com.pa/2021/11/25/mi-servicio-militar-ya-lo-cumpli-raisa-banfield-sobre-sus-aspiraciones-politicas/ 

jueves, 31 de diciembre de 2020

LO QUE ME DEJA EL 2020

En el 2021 solo espero tener la oportunidad de vivir a plenitud para aplicar las lecciones que me deja el 2020. 
Perdí amigos, familiares y me alejó de quienes yo pensaba cercanos, pero me devolvió alegrías sencillas y trascendentes.


Mi hija y yo, soñando y trabajando en un proyecto

Cada final de año hago una reflexión de las lecciones aprendidas, los logros y retos asumidos del año por terminar; pero hoy que me toca hacerlo de cara al 2020, lo hago con profundo sentido de respeto y solemnidad. Un año por demás difícil, que nos mostró la fragilidad de la vida en su desnudez; la pequeñez humana de frente a la fuerza de la naturaleza, a la inmisericordia de un microorganismo que llamaron COVID-19 y puso de rodilla al mundo.

Un año de separación, soledad y muerte. Pero tengo que decir que además para mi fue un año de reencuentro: reencuentro con mis hijos, familia, mi vida espiritual. Reencuentro con mi hogar, con las -hasta hace poco - insignificantes labores domésticas, que ahora adquirían un valor de reconstrucción, de salud y expresión de amor para mis seres queridos

Un año para reinventarme y que, además de ver el mundo a través de una pantalla, para ver con ojos nuevos el pedacito maravilloso de mundo que tenía al rededor de mi encierro forzoso. Nunca había estado tanto tiempo en casa y nunca me había sentido tan libre ... de formalidades, compromisos, citas, corre de aquí para allá. Todo adquirió un nuevo sentido, una justa medida, un nuevo valor
Mi familia en cuarentena

El trabajo entró en una nueva dimensión; lo que conocí como trabajo y remuneración por ello hasta hoy, cambió. Generar ideas proyectos, conceptos que mejoren la calidad y condición de vida de los que compartimos este espacio en el planeta, se convirtió en mi prioridad, casi obsesión. Cómo se traduce eso en ingresos? Aún no lo sé, pero lo que sí sé es que nos toca a todos reinventar nuestras economías desde lo personal, priorizando lo realmente necesario a lo colectivo, generando servicios de valor a nuestras      comunidades y de respeto al medioambiente.
Con un grupo de ciudadanos sembrando árboles




En el 2021 solo espero tener la oportunidad de vivir a plenitud para aplicar las lecciones que me deja el 2020. Perdí amigos, familiares y me alejó de quienes yo pensaba cercanos, pero me devolvió alegrías sencillas y trascendentes.

Mila
Gracias por todo a la Vida
Mis hijos se volvieron adultos, me trajo a Mila y una sensación de que el matrimonio es mucho más que responsabilidades y compromisos, es amor de dos para compartirlo con todos.







Gracias 2020 por lo llorado y lo reído, por lo bailado y lo sufrido, por las angustias y certezas, pero sobre todo por mostrarme quien soy cuando dejé de ser quien creí que era.

Bienvenido 2021

lunes, 19 de agosto de 2019

"SUBE Y DALE PA'TRAS"

Un antes y un ahora en el transporte público en Panamá


Durante toda mi carrera de arquitectura en la Universidad de Panamá, viajaba en bus (Tumba Muerto- Calle 12)  Desde la parada del Dorado- a la que llegaba caminando desde Altos del Chase-  de allí, en bus hasta la U, al lado del Seguro Social de Transístmica.  Era relativamente cerca, pero montarse en uno de esos conocidos "diablos rojos", era una verdadera tortura.  Casi siempre tocaba ir de pie, rozando tu cuerpo con cada desconocido que se deslizaba en el pasillo de 60cm de ancho y  que ya lo ocupaban dos filas de personas, para constreñirse en el fondo, ante el grito desesperado del conductor "DENLE PA'TRAS".

Diablo Rojo, Antigua rutaTumba Muerto - Calle 12


Cuando llovía, que era a menudo, íbamos como carne cocida al vapor, sudando hasta la última gota, con los vidrios cerrados para que no entrara el agua (aunque casi siempre llovía por dentro) mezclando perfumes y olores muy humanos... y cuando a toda esta experiencia, ya bastante singular, se le sumaba el día que me tocaba llevar la regla T, el rollo de plano para la entrega de algún proyecto, o la Acuarela terminada para la clase de Perspectiva uffff.... sí, viajar en bus era el castigo del universo por no tener carro.

Terminé mi carrera, tuve mi primer carrito y de allí en adelante, más nunca subí a un bus, salvo cuando ya casada con dos hijos, quise que mis niños vivieran la experiencia, como una aventura  (era una noche fresca, el bus casi vacío y mi esposo nos escoltaba en carro, desde el McDonalds del Dorado a Plaza Edison... nada complicado).

Todos sabemos, lo que significó el 23 de octubre de 2008 para la vida, particularmente, de los familiares de quienes  murieron incinerados en aquel autobús, pero también para la transformación que empezó a tener la movilidad pública en Panamá.  Poco después inicia el estudio para el desarrollo del Plan Integral de Movilidad Urbana Sostenible (PIMUS)  y recuerdo que me tocó participar en las mesas de estudio diganóstico, como Fundación Panamá Sostenible, que dirigía.  Lo que allí se proyectaba parecía inalcanzable para Panamá, ante un sistema por décadas dominado por las mafias del transporte.  Pero no solo había que soñar, había que trabajar en ello.

Plan de Acción Alcaldía de Panamá-BID
Años después, ya electa vicealcaldesa de la ciudad de Panamá, me correspondía la asignación de un carro de trabajo.  En ese momento tomé la decisión de vender mi carro personal (que estaría la mayor parte del tiempo estacionado) para en días laborables usar el auto asignado, y en los de asueto, compartir con mi esposo el carro familiar.  Pero tenía una idea en mente:  "Quiero contribuir desde mi trabajo a que la movilidad en Panamá mejore tanto, que al salir de la Alcaldía, ya no tenga necesidad de comprarme un carro".  Tenía esa idea clara en mente: UN CARRO MENOS

Acera renovada en Vía España, Ciudad de Panamá
Ya es historia sabida lo que ocurrió en los últimos 10 años con el inicio de  la implementación del PIMUS, la construcción de 2 lineas de metros, la transformación del sistema de buses de diablo rojos al sistema metrobus, y luego el proyecto de recuperación de aceras y espacio público de la Alcaldía de Panamá;  que partiendo del estudio diagnóstico y diseño de un plan de acción, inicia la recuperación del centro para facilitar la caminabilidad, como contribución desde el gobierno local y mejorar así la conectividad,
incentivando a que más personas sientan mayor comodidad al acceder al transporte público, pero sobre todo para que quienes tienen carros, puedan dejarlos en casa y moverse en la ciudad.

Linea 2 del Metro de Panamá

Por mi parte hace 50 días que no dispongo de carro personal y me muevo por la ciudad con todos los medios de transporte disponibles:  desde el selectivo taxi, al cómodo uber, pero también en bicicleta (cuando se trata de puntos alrededor de donde vivo), en metro y casi siempre en bus.  Les comento que es una experiencia gratificante:  me encuentro con la gente, converso, cuando hay condiciones, leo mi libro que llevo en la cartera, (cómodamente sentada y con aire acondicionado), disfruto mi ciudad y muchas veces me siento como si no viviera en mi país.  Hace 25 años cuando iba a la U, jamás pude imaginar que sería parte de este cambio.   No puedo decir que no necesito un carro y es muy posible que lo compre, lo cierto es que ya no dependeré de él como antes.  


Sistema de Transporte Mi Bus
Es verdad,  aún nos falta mucho, mayores conexiones,  más lineas de metro, mejorar horarios y rutas de mi bus; pero también continuar con las mejoras a  las aceras para hacerlas realmente caminables, sombreadas con árboles.  Sin embargo, ya hemos comenzado y no debe haber vuelta atrás.  Una ciudad de rascacielos y de Canal Interoceánico que conecta al mundo, no puede ser para sus visitantes y locales, una ciudad que no conecte sus barrios y a su gente, reduciendo emisiones con una movilidad eficiente y menos contaminante;  pero sobre todo una ciudad con mejor calidad ambiental, más eficiente, una ciudad para su gente.


 







lunes, 29 de julio de 2019

DE LECCIONES APRENDIDAS

Y aún más por aprender...

Cuando estaba en 4to grado de primaria, me sentaba en la parte de atrás con mi compañera María Eugenia a quien le encantaba dibujar emulando las entonces famosas foto-novelas; pasábamos horas dibujando y creando nuestro mundo de fantasía, sin enterarnos que hablaba la maestra ni lo que se hacía en clase.  Ese bimestre obtuve mis más bajas calificaciones en la historia de mi corta vida, hasta entonces.  La maestra habló con con mi mamá y ya deben imaginar las consecuencias.  Nos separaron, nos ubicaron adelante y pasé semanas después de clases actualizando mis cuadernos y poniéndome al día;  después de allí entendí que las decisiones que tomaba en la vida, tenían sus consecuencias y definirían mi camino.  En ese momento a estar en el grupo de los estudiantes problemas o a ser una estudiante sobresaliente.

Así la vida de tanto en tanto,  se me ha presentado con bifurcaciones en el camino, donde cada vez me corresponde elegir, como cuando tuve que plantarme:   Sigo en mi trabajo de arquitecta asalariada o abro mi propia firma con el recurso único de mi creatividad?...Opté por lo segundo.  Después de 13 años de ejercer como profesional independiente, me planteo:  Continúo con la maravillosa práctica  de la arquitectura  que me encanta o pospongo para  dirigir una organización no gubernamental para la defensa del ambiente?... me decidí por la segunda opción.  Continúo desde la sociedad civil organizada alzando mi voz y trabajando junto a otros en la defensa del ambiente, o doy el paso y acepto ir a una formula política para trabajar por la ciudad de Panamá como vicealcaldesa?... nuevamente opté por la segunda posibilidad.

De todas estas decisiones, lo importante es que me han llevado a mirar más allá de las que yo creía, eran mis únicas posibilidades para hacer el bien que me proponía.  Pero siempre, había un paso más allá, al otro lado del camino.

Lo que ha sucedido con esto, es que no obstante haber ejercido la carrera que me propuse estudiar, he sido presentadora de televisión, activista ambiental, directora de ONG's, y vice alcaldesa.  Pero siempre, siempre he querido dejar una huella positiva en lo que he hecho, superando el miedo de lanzarme a lo desconocido.  Pero lo que quisiera hoy con este escrito, es compartirles mi reflexión de lo aprendido de toda esta variada experiencia, desde diversos sectores del quehacer de nuestra
sociedad.

Entendí que como ciudadana tenía un rol que jugar  en esta sociedad y no solo como beneficiaria de los impuestos que pagaba.  Comprendí como dirigente de grupos organizados, en defensa del ordenamiento de la ciudad y de la protección de nuestro ambiente, había que perderle el miedo a los enormes intereses económicos, que me parecía -hasta entonces- eran los únicos que decidían el qué, el cómo y el dónde se hacía lo que se hacía, más allá del impacto que representara.  Aprendí desde el servicio público, que si bien era un privilegio ejercer desde "el poder"la toma de acciones concretas en beneficio de la sociedad, que éste era limitado y supeditado a una serie de  tejidos burocráticos y políticos, que hace disminuir su verdadero impacto, pero que al mismo tiempo crea los balances que se requieren en una democracia.  Aprendí que el poder ciudadano es más poderoso de lo que aparenta, cuando se ejerce en conciencia y con responsabilidad.

Hoy la vida me pone de frente ya no un camino con dos bifurcaciones, sino una encrucijada de vías que se entrelazan hacia el mismo norte.  Con todo lo recorrido, desde tantas rutas, quiero y puedo seguir aportando al desarrollo de mi país, junto a profesionales valiosos, con los saberes ganados, pero sobre todo con las lecciones aprendidas, cuya máxima lección es que siempre se puede aprender más y cada vez, hacer mejor

domingo, 30 de junio de 2019

EN 5 AÑOS DE 500...

Son muchas las experiencias que se viven en 5 años:  un bebe, aprende a gatear, caminar y hasta llega al preescolar; un pre adolescente se convierte en adulto y termina su ciclo de estudios escolares, un pequeño plantón -con el cuido necesario- se convierte en un arbusto capaz de sobrepasar la adversidad del entorno hasta llegar a ser un árbol.  Pero también en 5 años, se puede transformar una ciudad....

Esa fue la tarea que hace 5 años, me invitó a desarrollar junto a él, José Isabel Blandón.  Era todo un desafío cuando como ciudadanos estábamos acostumbrados a la ciudad agresiva, aspirando a que mejorara, pero sin que nadie quisiera ceder de sus espacios conquistados en su pequeño espacio de ciudad.  Abordar el intrincado tema de las inundaciones, culpándonos unos a otros, sin que nadie fuese responsable; la recuperación del espacio público, la salud y cuido del arbolado urbano; el desarrollo de procesos culturales vistos y entendidos más allá de eventos específicos, sino desde la creación de procesos de pertenencias y empoderamiento social.  Y el principal reto de todos, crear por primera vez desde la autoridad local, el plan de ordenamiento de la ciudad, con  una visión integrada mucho más allá del usualmente entendido "uso de suelo", sino visto desde la gestión ambiental, social, inversión pública, integración de los espacios públicos y de conservación a las áreas desarrollables y con visión de riesgo.  Todo esto y más en un plan de 5 años de gestión , con una proyección a 20 años en la implementación de los diversos proyectos extendidos en el tiempo.



Y así transcurrieron 5 años con el apoyo de muchos aliados locales e internacionales, que atraídos por la capacidad de trabajo y la visión clara, se sumaron en el proceso de transformar nuestra ciudad.  No hubiésemos podido lograr tanto sin ayuda de la cooperación internacional, o los fondos no reembolsables de la banca internacional o el conocimiento técnico y recurso humano de academias, universidades e instituciones de ciencia e investigación.  Sin embargo, considero que de los frutos más valiosos de estos 5 años, construir ciudadanía a través de los procesos de participación y discusión de proyectos, planes de ordenamiento, elaboración de murales artísticos, deliberaciones en presupuestos participativos, fue de los resultados más enriquecedores y estimulantes.  No era fácil someterse cada vez al escrutinio público, a la crítica - a veces respetuosa, a veces no tanto- al cuestionamiento, pero después de superado todo ello,  aunque el proceso no fue fácil, fue altamente enriquecedor y nos dejó avances en la construcción de puentes entre ciudadanos y sus autoridades, entre voluntades y acciones concretas.

Grandes retos aún por atender: la continuidad en el seguimiento a los problemas de riesgos en la ciudad, ya identificadas acciones y soluciones; continuación de la recuperación de espacios públicos, parques, aceras; ampliación de los programas de movilidad no motorizada en la ciudad; implementación de normas que quedan para aprobación del Concejo Municipal y lograr así mayor coherencia entre lo que se planifica y lo que se aprueba en campo; extender el inventario y mantenimiento arbóreo, con el debido reemplazo de las especies más aptas en el desarrollo urbano,  el fortalecimiento del programa Basura0, que pase de proyectos pilotos a la implementación de las políticas y estrategias en los 26 corregimientos; en fin, solo sembramos la semilla, construimos los pilares, afinamos los motores....como se quiera decir, la transformación de la ciudad empezó, debe avanzar y no se puede permitir retroceder.  Además dejamos todo listo para la celebración de 500 años de ciudad, una ciudad multicultural, multiétnica, biodiversa, una ciudad maravillosa.

Luego de 5 años- en los que cumplí 50 y la ciudad cumple 500,  (nada es coincidencia) ...puedo decir que han sido los más desafiantes de mi vida, pero también los más gratificantes.   Me siento profundamente orgullosa y agradecida de haber servido a mi ciudad, a mi país a través del honroso cargo de servidora pública, electa como vicalcaldesa de la ciudad de Panamá.  Gracias a Jose Blandón, por haberme invitado a ser parte de su fórmula con visión de ciudad, a los votantes que depositaron en nosotros la confianza y al trabajo incansable y comprometido de colegas y compañeros de trabajo en esta maravillosa aventura, que nos permitió consolidar a Panamá, como una ciudad más humana, sostenible y global. Gracias Ciudad de Panamá!!

domingo, 9 de septiembre de 2018

DE LAS PREGUNTAS MÁS FRECUENTES:




https://www.instagram.com/p/BmzNIinBkMm/?hl=es-la&taken-by=raisa_banfield


Hay ocasiones en que las acciones no se planean, solo suceden. La defensa ambiental, tiene muchas aristas que van desde la educación, sensibilización, propuestas y proyectos, pero también acciones que visibilicen que no podemos seguir destruyendo nuestros recursos naturales por proyectos que no los justifican por ser insustentables.

Hay otras, en las que en cambio podemos trabajar desde la toma de decisiones en cambiar cosas, iniciar procesos, que aunque pequeños ante los grandes retos y desafíos, pueden empezar a darle un nuevo rumbo a las tradicionales acciones que deterioran nuestra calidad de vida.... Sí, lo se, no se ven, no se nota, cómo entonces hacer la diferencia?  Sumar a más, perserverar, insistir hasta lograrlo. A veces estos pasos nos llevan al plano político, pero no es el único desde donde se puede hacer la diferencia, pero sí es necesario y ahora, por más difícil que sea, lo comprendo mejor que nunca

Todo en cuanto podamos hacer la diferencia, cuenta.  Los cambios cuestan, pero para dirigir los pasos hacia la sosteniblidad, son necesarios

domingo, 11 de marzo de 2018

Y EL ACCESO A LAS PLAYAS?


Playa en Honolulu, Hawaii
Para mi, una de las cosas más fascinantes cuando visito otros países, es poder descubrir sus playas; pero más allá de eso, es disfrutar de su accesibilidad, sin que los desarrollos privados cerca de la costa, sean un obstáculo para ello.  Uno de
estos ejemplos más vívidos pude experimentarlo en Honolulú, Hawaii.

En 2015 se celebró la Cumbre de la UICN en donde participábamos líderes de gobiernos locales y de organizaciones ambientales de todas partes del mundo.  La agenda era muy apretada y no había tiempo de hacer visitas turísticas, pero la simple maravilla de poder salir de las reuniones, caminar en medio de la ciudad, llegar al parque público, allí usar los vestidores para ponerme el vestido de baño y entrar a la playa a orilla de la ciudad que estaba a 5 minutos detrás de mi, era una experiencia casi surrealista.  Leer un libro, tomar un café disfrutar de un emparedado en ese espacio de todos y luego regresar a mi hotel para prepararme  para el día siguiente, no tenía precio.
Parque Público con acceso a la playa, Honolulu, Hawaii

Playa de acceso público a lo largo de la costa urbana,
Honolulu, Hawaii
Qué es lo extraordinario de este relato?  Tal vez no sea tan evidente, pero la posibilidad del disfrute del espacio público y el acceso a una playa en medio de la ciudad, es casi un milagro en un siglo XXI de privatización de costas, de contaminación de mares y de supremacía del interés privado sobre lo público, particularmente en Panamá.  Lo descrito que pude experimentar en Honolulú, no dista de las potenciales características que podríamos haber encontrado en la playa de Ave Balboa con su Parque Urracá (pero interrumpimos su conectividad con una carretera...y además la ampliamos, le pusimos un muro y un relleno de elementos de concretos como para asegurarnos, que así algún día la playa esté limpia, no podamos de todas maneras usarla, solo conformarnos con verla de lejos).  O qué decir del Causeway de Amador, otro espacio público de primera con una concepción de aprovechamiento de esa franja costera para disfrutar del Pacífico; sin embargo, cada vez es menos público el espacio hacia ese mar, cuando áreas previstas como espacios turísticos, se van transformando en residenciales; o aún más, se planifica un desarrollo más intenso de puertos, y nuevos proyectos inmobiliarios masivos, obedeciendo al nuevo potencial de desarrollo que se desprende de la ampliación de la carretera.. Y así nos vamos, desarrollo, infraestructura, crecimiento, más estructuras y menos espacio para lo público y lo lúdico.

Pero lo que es aún más alarmante y está ocurriendo frente a nuestras narices, de forma lenta pero certera es la apropiación de toda la costa del pacífico panameño, en donde el desarrollo ya prácticamente se construye sobre la playa.  Desde el abusivo "desarrollismo" inmobiliario en Paitilla y Punta Pacífica, a los puestos de comida en Veracruz, a los desarrollos playeros desde San Carlos, Coclé y más allá

Turicentro de San Carlos
En los días de carnavales tuve  la experiencia en carne propia.  Con mi familia decidimos pasar el lunes de carnaval  en el Turicentro de San Carlos, pero decía cerrado hasta el miércoles  (Cómo un espacio turístico del Estado panameño, está cerrado en fechas donde más demanda tiene?, no entendí, pero esa es otra historia), el punto es que al estar cerrado, por allí no pudimos entrar a la playa pública. Caminamos un poco, buscando la servidumbre a la playa, lo que encontramos fue una larga cerca, con varias propiedades privadas en medio y una pequeña puerta improvisada; detrás un seguridad privado -custodiando la propiedad- que nos decía con asentir de cabeza- que podíamos pasar por la propiedad para poder llegar a la playa.   Lo más curioso del hecho fue cuando revisé un poco los detalles, la susodicha propiedad privada era un área deportiva pública y ahora tenía el letrero de EIA, para el desarrollo de un hotel privado.  Otro espacio público vendido!  Por dónde podremos entrar a la playa los que no vamos a un hotel?
Entrada atravesando propiedad privada para acceder a
la playa de San Carlos

El bienestar de un país no se mide solo en la cantidad de construcciones y desarrollo hotelero en sus costas; hay equidad, cuando sus costas son ampliamente accesibles, brindan facilidades públicas de alto nivel y su ordenamiento garantiza que se respete el espacio de todos y no prive el particular que se impone más allá del orden constitucional, para adquirirlo.

Centro Deportivo de San Carlos, vendido para desarrollo privado
Aqui tenemos que hacer un "mea culpa" todos: autoridades por permitirlo, comunidades cuando no lo denuncian y no exigen reposición del bien público, particulares y compradores que se prestan para el despojo de lo público.  El ordenamiento territorial no es solo una herramienta para decir donde se construyen edificios de apartamentos, hoteles o centros comerciales; es también la que garantiza que los bienes públicos, el patrimonio natural y cultural de todos.  Por más libre que sea la economía,
EL PAIS NO PUEDE ESTAR EN VENTA

lunes, 22 de enero de 2018

LA POLLERA NOS LUCE A TODAS



Una de las experiencias vernaculares más
hermosas que he vivido, fue el pasado 13 de enero, me engalané con el traje típico nacional.  Gracias al amor maravilloso de una amiga que -no solo me motivó a empollerarme- sino que se encargó que luciera una de las polleras más hermosas que he visto y que estuviera impecable desde el peinetón, hasta la hebilla del zapato.  Ese día amanecí, como si me preparara para vestirme de novia; emocionada y sintiéndome privilegiada disfruté cada parte del proceso.

Refresqué el recuerdo (desde la época del  Teatro Tía Dora) sobre el sentido de cada una de las prendas y tembleques que adornan el hermoso traje nacional, mientras escuchaba la explicación de las mujeres, que junto a mi se engalanaban y del estilista folklórico que nos emperifollaba.

Varias horas después, ya lista, caminamos el pintoresco pueblo de Las Tablas y descubría fascinada que se convertía en la gran vitrina real, de toda clase de polleras -de las más variadas y coloridas-de camisillas, chinelas y sombreros. Hombres y mujeres de todas partes del país, aglutinados en el terruño santeño, disfrutando de una de las fiestas, que a mi juicio, es de las más lindas a nivel nacional.


Desfile de Las Mil Polleras, Las Tablas 2018
foto: Ilka Banfield

Para mi era la primera vez que lucía en propiedad, nuestro vestido de gala con todas las de la ley y tengo que confesarles, que nunca me sentí tan hermosa ni orgullosa de mi panameñidad.  Eso me hizo tener además un gran respeto y conciencia, que si bien era el traje nacional, representaba la cultura de una región del país, por ende tenía que llevarla con mucha dignidad y respeto de lo que refleja un intercambio cultural de más de 500 años de historia.





Terminando una jornada maravillosa, de tuna, baile en la calle, paseo en carroza, y disfrute de todo lo mejor de la tierra azuerense, recibo un mensaje que me invitaba a lucir para el próximo año una pollera congo para exaltar la etnia negra.  Sin mencionar el comentario del día siguiente de un inepto: "las polleras le lucen a las blancas, a ella no".  Relaciono ambos comentarios, si bien el primero bien intencionado y el segundo, no; ambos son diversas formas de racismo o segregación.  Quien dice que por ser negra, debo llevar una pollera congo? o que no puedo lucir una hermosa pollera de gala y seguir siendo orgullosamente negra?.
Desfile de Las Mil Polleras, Las Tablas 2018
foto: Ilka Banfield

Hace falta que nos incluyamos que nos sintamos todos un poco negros, un poco indígenas, un poco blancos... porque a fin de cuentas, de eso se trata la panameñidad.  La pollera congo, no es solo de las negras; la pollera montuna, no es solo de las campesinas, la pollera de gala, no es exclusiva de las blancas de Azuero.  Son patrimonio  de todas las mujeres nacidas en este terruño, nos une, nos embellece, nos enriquece culturalmente. Es nuestro traje nacional, nos representa, habla de nuestra identidad.

Desfile de Las Mil Polleras, Las Tablas 2018
foto: Ilka Banfield










No podemos hablar de inclusión si nos autosegregamos, no podemos hablar de identidad si no reconocemos de donde venimos, lo que somos y lo que nos representa.  La belleza de nuestra raza es precisamente, la fusión de muchas.  Y a final de cuenta, no conozco una mujer blanca, negra, india, de la raza que sea, que no se vea hermosa con nuestra pollera, con nuestro traje nacional.


lunes, 15 de enero de 2018

MÁS ALLÁ DE LA SOBERANÍA

Después de 54 años del primer histórico 9 de enero....



Crecí en la frontera entre Panamá y Estados Unidos; sí, en un barrio emergente de los años 70 que se desarrolló al límite de la ciudad de Panamá con la zona del canal, Altos del Chase.  Mis amigos y yo crecimos jugando en la calle porque solo pasaban por allí los gringos o los carros que tenían permiso para ir a la zona. Recuerdo encontrarme al final de mi calle con un bosque exuberante y dos soldados norteamericanos custodiando una garita que impedía que los panameños pasáramos.

A mi generación no le tocó conocer a los mártires de enero, ni vivir su gesta patriótica, pero tuvo el privilegio de ver caer, cada una de las barreras que el enclave canalero había interpuesto a lo largo del tiempo. 

Ya no existen las garitas militares, ni los letreros de "NO TRESPASSING" recibimos -como estoy segura casi ningún país en el mundo- no solo tierras y bosques valiosos de vuelta a la tutela nacional, sino estructuras e infraestructuras valiosísimas, urbanismo modelo y como si fuera poco, un canal interoceánico. 

Antiguo edificio del YMCA en Balboa, Ancón
Como nunca la sociedad panameña, de todos los sectores y partidos políticos, se preparó y organizó para lograr a través de la planificación, que los bienes que revirtieran, dieran el mejor beneficio a todos los panameños y se aprovecharan de la mejor forma posible.

Lo cierto es que mucho de lo escrito, se quedó en planes y buenas intenciones, porque las áreas revertidas no se escaparon de la arrebatiña, la improvisación y de redefiniciones de uso, con el fin de venderse incluso a intereses que no representaban los mejores para el país, sino para algunos.

Hoy que se discute tanto entre el parangón que puede existir entre la lucha contra el imperialismo de ayer y la corrupción de hoy, mis pensamientos no se escaparon de esa reflexión.



Desde la firma de los tratados Hay Bunneau-Varilla, un país entero se unió entorno a su derecho legítimo de reclamar su soberanía, ante una presencia extranjera que nos trataba como usurpadores en nuestro territorio.  Considero que esa unión, a pesar de lo sufrida y compleja, fue más fácil a la que hoy se requiere: unir a todas las fuerzas e intereses diversos a luchar por una defensa de nación que aún no define que rumbo quiere llevar.  He ahí que cada quien analice la corrupción desde donde se ven afectados sus intereses.    

Corrupción para algunos es el funcionario que aceptó una coima para acelerar un proceso, pero no la del empresario, de quien dicen: "Pobrecito, el es víctima, si no su proceso no avanza"

Para otros es corrupción cuando el empresario compra hectáreas de terreno del Estado a centavos el metro, pero no de la Autoridad que lo permitió, porque "no lo impide la ley".  O cómo se llama cuando alguien promueve un desarrollo inmobiliario a sabiendas que no hay previsto agua, ni servicios públicos, que  de seguro se le quitará a una barriada existente (eso es inversión y desarrollo) y que después que el gobierno vea como resuelve

Y así nos vamos definiendo este nefasto término, desde la perspectiva individual pero no desde la colectividad, lo que ha afectado- entre otras muchas cosas- el manejo de los bienes revertidos, ya que acciones que se imponen, disipan los planes, diluyen la política de manejo establecida, y hace que se imponga el más poderoso sobre el débil, porque todo se justifica ante la frase: "El progreso no se puede detener".  En función de ese progreso y el crecimiento del PIB, justificamos lo que sea como sea y entre lineas se infiltra el flagelo de la corrupción.

Debemos determinar que queremos lograr de nuestra riqueza, como hacer que los bienes de todos sean para el beneficio de todos, sin paternalismo ni alcahueterías, que la inversión se haga con seguridad jurídica y transparencia, pero que no aplaste al que no tiene porque es más sagrado el derecho de quien invierte.  Parecen  sutilezas, pero son en realidad aspectos que provienen de una política que define Nación, que fortalece los principios de la Patria y le da dignidad a los protagonistas de su desarrollo



Mural en conmemoración a los Mártires del 9 de Enero,
realizado por el Kolectivo, Ave de Los Mártires
Entonces puedo decir, que aunque la lucha de nuestros héroes de enero y  de quienes les antecedieron, fue más estoica y emblemática, era más evidente su objetivo y por tanto atractivo sumar las fuerzas de todos hacia ello.  La nuestra por proteger los intereses de esa nación ambigua, que emerge y se desvía, que busca encaminarse y se pierde, que grita democracia pero a veces la mancilla, es -reitero- más difícil difinir, enrrumbar y defender, pero no imposible y es imprescindible hacerlo. Porque no creo que el sacrificio  de los mártires fuera para reemplazar un enclave sobre nuestro patrimonio, por su comercialización al mejor postor






Carta Abierta a Mi Hija (desde un Panamá minero)   Recuerdo como si fuera ayer, como me afané en que todo estuviese listo para cuando nacier...