domingo, 11 de marzo de 2018

Y EL ACCESO A LAS PLAYAS?


Playa en Honolulu, Hawaii
Para mi, una de las cosas más fascinantes cuando visito otros países, es poder descubrir sus playas; pero más allá de eso, es disfrutar de su accesibilidad, sin que los desarrollos privados cerca de la costa, sean un obstáculo para ello.  Uno de
estos ejemplos más vívidos pude experimentarlo en Honolulú, Hawaii.

En 2015 se celebró la Cumbre de la UICN en donde participábamos líderes de gobiernos locales y de organizaciones ambientales de todas partes del mundo.  La agenda era muy apretada y no había tiempo de hacer visitas turísticas, pero la simple maravilla de poder salir de las reuniones, caminar en medio de la ciudad, llegar al parque público, allí usar los vestidores para ponerme el vestido de baño y entrar a la playa a orilla de la ciudad que estaba a 5 minutos detrás de mi, era una experiencia casi surrealista.  Leer un libro, tomar un café disfrutar de un emparedado en ese espacio de todos y luego regresar a mi hotel para prepararme  para el día siguiente, no tenía precio.
Parque Público con acceso a la playa, Honolulu, Hawaii

Playa de acceso público a lo largo de la costa urbana,
Honolulu, Hawaii
Qué es lo extraordinario de este relato?  Tal vez no sea tan evidente, pero la posibilidad del disfrute del espacio público y el acceso a una playa en medio de la ciudad, es casi un milagro en un siglo XXI de privatización de costas, de contaminación de mares y de supremacía del interés privado sobre lo público, particularmente en Panamá.  Lo descrito que pude experimentar en Honolulú, no dista de las potenciales características que podríamos haber encontrado en la playa de Ave Balboa con su Parque Urracá (pero interrumpimos su conectividad con una carretera...y además la ampliamos, le pusimos un muro y un relleno de elementos de concretos como para asegurarnos, que así algún día la playa esté limpia, no podamos de todas maneras usarla, solo conformarnos con verla de lejos).  O qué decir del Causeway de Amador, otro espacio público de primera con una concepción de aprovechamiento de esa franja costera para disfrutar del Pacífico; sin embargo, cada vez es menos público el espacio hacia ese mar, cuando áreas previstas como espacios turísticos, se van transformando en residenciales; o aún más, se planifica un desarrollo más intenso de puertos, y nuevos proyectos inmobiliarios masivos, obedeciendo al nuevo potencial de desarrollo que se desprende de la ampliación de la carretera.. Y así nos vamos, desarrollo, infraestructura, crecimiento, más estructuras y menos espacio para lo público y lo lúdico.

Pero lo que es aún más alarmante y está ocurriendo frente a nuestras narices, de forma lenta pero certera es la apropiación de toda la costa del pacífico panameño, en donde el desarrollo ya prácticamente se construye sobre la playa.  Desde el abusivo "desarrollismo" inmobiliario en Paitilla y Punta Pacífica, a los puestos de comida en Veracruz, a los desarrollos playeros desde San Carlos, Coclé y más allá

Turicentro de San Carlos
En los días de carnavales tuve  la experiencia en carne propia.  Con mi familia decidimos pasar el lunes de carnaval  en el Turicentro de San Carlos, pero decía cerrado hasta el miércoles  (Cómo un espacio turístico del Estado panameño, está cerrado en fechas donde más demanda tiene?, no entendí, pero esa es otra historia), el punto es que al estar cerrado, por allí no pudimos entrar a la playa pública. Caminamos un poco, buscando la servidumbre a la playa, lo que encontramos fue una larga cerca, con varias propiedades privadas en medio y una pequeña puerta improvisada; detrás un seguridad privado -custodiando la propiedad- que nos decía con asentir de cabeza- que podíamos pasar por la propiedad para poder llegar a la playa.   Lo más curioso del hecho fue cuando revisé un poco los detalles, la susodicha propiedad privada era un área deportiva pública y ahora tenía el letrero de EIA, para el desarrollo de un hotel privado.  Otro espacio público vendido!  Por dónde podremos entrar a la playa los que no vamos a un hotel?
Entrada atravesando propiedad privada para acceder a
la playa de San Carlos

El bienestar de un país no se mide solo en la cantidad de construcciones y desarrollo hotelero en sus costas; hay equidad, cuando sus costas son ampliamente accesibles, brindan facilidades públicas de alto nivel y su ordenamiento garantiza que se respete el espacio de todos y no prive el particular que se impone más allá del orden constitucional, para adquirirlo.

Centro Deportivo de San Carlos, vendido para desarrollo privado
Aqui tenemos que hacer un "mea culpa" todos: autoridades por permitirlo, comunidades cuando no lo denuncian y no exigen reposición del bien público, particulares y compradores que se prestan para el despojo de lo público.  El ordenamiento territorial no es solo una herramienta para decir donde se construyen edificios de apartamentos, hoteles o centros comerciales; es también la que garantiza que los bienes públicos, el patrimonio natural y cultural de todos.  Por más libre que sea la economía,
EL PAIS NO PUEDE ESTAR EN VENTA

3 comentarios:

  1. Muy buen comentario, ojalá se pueda hacer algo, porque al paso de vamos los que no tenemos una casa frente al mar o podemos alojarnos en un hotel, no tendremos la esperanza de poder disfrutar de esta naturaleza que nos pertenece a todos.

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    1. Así es Amalia, esto se ha visto como un pedacito aquí y otro por acá, no pasa nada, pero cada vez hay menos accesos a las playas y los frentes a los desarrollos privados, son tratados en muchos casos, como playas privadas. Esto debemos detenerlo a lo largo de toda la linea costera del país

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  2. Correcto. Y lo denuncie años atras cuando en un día en familia quisimos hacer lo mismo, y recorrimos de Anton a Coronado, sin poder accesar al mar. Y tuvimos que pagar en Santa clara para poder ver la playa. Y que hace el Estado ? De seguro venden los permisos y EIA. No hay otra explicación.

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