hermosas que he vivido, fue el pasado 13 de enero, me engalané con el traje típico nacional. Gracias al amor maravilloso de una amiga que -no solo me motivó a empollerarme- sino que se encargó que luciera una de las polleras más hermosas que he visto y que estuviera impecable desde el peinetón, hasta la hebilla del zapato. Ese día amanecí, como si me preparara para vestirme de novia; emocionada y sintiéndome privilegiada disfruté cada parte del proceso.
Refresqué el recuerdo (desde la época del Teatro Tía Dora) sobre el sentido de cada una de las prendas y tembleques que adornan el hermoso traje nacional, mientras escuchaba la explicación de las mujeres, que junto a mi se engalanaban y del estilista folklórico que nos emperifollaba.
Varias horas después, ya lista, caminamos el pintoresco pueblo de Las Tablas y descubría fascinada que se convertía en la gran vitrina real, de toda clase de polleras -de las más variadas y coloridas-de camisillas, chinelas y sombreros. Hombres y mujeres de todas partes del país, aglutinados en el terruño santeño, disfrutando de una de las fiestas, que a mi juicio, es de las más lindas a nivel nacional.
Desfile de Las Mil Polleras, Las Tablas 2018 foto: Ilka Banfield |
Para mi era la primera vez que lucía en propiedad, nuestro vestido de gala con todas las de la ley y tengo que confesarles, que nunca me sentí tan hermosa ni orgullosa de mi panameñidad. Eso me hizo tener además un gran respeto y conciencia, que si bien era el traje nacional, representaba la cultura de una región del país, por ende tenía que llevarla con mucha dignidad y respeto de lo que refleja un intercambio cultural de más de 500 años de historia.
Terminando una jornada maravillosa, de tuna, baile en la calle, paseo en carroza, y disfrute de todo lo mejor de la tierra azuerense, recibo un mensaje que me invitaba a lucir para el próximo año una pollera congo para exaltar la etnia negra. Sin mencionar el comentario del día siguiente de un inepto: "las polleras le lucen a las blancas, a ella no". Relaciono ambos comentarios, si bien el primero bien intencionado y el segundo, no; ambos son diversas formas de racismo o segregación. Quien dice que por ser negra, debo llevar una pollera congo? o que no puedo lucir una hermosa pollera de gala y seguir siendo orgullosamente negra?.
Desfile de Las Mil Polleras, Las Tablas 2018 foto: Ilka Banfield |
Hace falta que nos incluyamos que nos sintamos todos un poco negros, un poco indígenas, un poco blancos... porque a fin de cuentas, de eso se trata la panameñidad. La pollera congo, no es solo de las negras; la pollera montuna, no es solo de las campesinas, la pollera de gala, no es exclusiva de las blancas de Azuero. Son patrimonio de todas las mujeres nacidas en este terruño, nos une, nos embellece, nos enriquece culturalmente. Es nuestro traje nacional, nos representa, habla de nuestra identidad.
Desfile de Las Mil Polleras, Las Tablas 2018 foto: Ilka Banfield |
No podemos hablar de inclusión si nos autosegregamos, no podemos hablar de identidad si no reconocemos de donde venimos, lo que somos y lo que nos representa. La belleza de nuestra raza es precisamente, la fusión de muchas. Y a final de cuenta, no conozco una mujer blanca, negra, india, de la raza que sea, que no se vea hermosa con nuestra pollera, con nuestro traje nacional.
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