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viernes, 10 de diciembre de 2021

La Política Ambiental, más allá de la política


Hace unas semanas atrás, la periodista Yisell Arévalo me contactó porque le interesaba realizarme una entrevista sobre temas ambientales.  Siempre voy muy abierta a estos diálogos, porque desde que me involucré en estos temas, comprendí que el buen periodismo, era la mejor manera de lograr que más gente tuviera acceso a la problemática ambiental y a sus soluciones; así que fui muy dispuesta a mi entrevista.  

Fue muy variada, pero muy temprano en la conversación me di cuenta, que en el fondo querían saber, es si yo estaba buscando postularme en política nuevamente.  De hecho fue la pregunta que precisamente generó el título de la entrevista.  

Amé servir como Vicealcaldesa y en más de una ocasión como Alcaldesa Encargada de la ciudad de Panamá; sin embargo, es una etapa de mi vida que dediqué con pasión al servicio público, que culminó en junio 2019.  Hoy con el mismo norte, determinación y pasión sigo trabajando por Panamá desde otros ámbitos, que muy pronto contaré en detalles; mientras tanto comparto con ustedes esta conversación con Yisell y Edward -su genial fotógrafo- para Destino Panamá, porque me parece que resume bien mis posturas y opiniones ante nuestra realidad socio, económica y ambiental hoy.

https://destinopanama.com.pa/2021/11/25/mi-servicio-militar-ya-lo-cumpli-raisa-banfield-sobre-sus-aspiraciones-politicas/ 

jueves, 31 de diciembre de 2020

LO QUE ME DEJA EL 2020

En el 2021 solo espero tener la oportunidad de vivir a plenitud para aplicar las lecciones que me deja el 2020. 
Perdí amigos, familiares y me alejó de quienes yo pensaba cercanos, pero me devolvió alegrías sencillas y trascendentes.


Mi hija y yo, soñando y trabajando en un proyecto

Cada final de año hago una reflexión de las lecciones aprendidas, los logros y retos asumidos del año por terminar; pero hoy que me toca hacerlo de cara al 2020, lo hago con profundo sentido de respeto y solemnidad. Un año por demás difícil, que nos mostró la fragilidad de la vida en su desnudez; la pequeñez humana de frente a la fuerza de la naturaleza, a la inmisericordia de un microorganismo que llamaron COVID-19 y puso de rodilla al mundo.

Un año de separación, soledad y muerte. Pero tengo que decir que además para mi fue un año de reencuentro: reencuentro con mis hijos, familia, mi vida espiritual. Reencuentro con mi hogar, con las -hasta hace poco - insignificantes labores domésticas, que ahora adquirían un valor de reconstrucción, de salud y expresión de amor para mis seres queridos

Un año para reinventarme y que, además de ver el mundo a través de una pantalla, para ver con ojos nuevos el pedacito maravilloso de mundo que tenía al rededor de mi encierro forzoso. Nunca había estado tanto tiempo en casa y nunca me había sentido tan libre ... de formalidades, compromisos, citas, corre de aquí para allá. Todo adquirió un nuevo sentido, una justa medida, un nuevo valor
Mi familia en cuarentena

El trabajo entró en una nueva dimensión; lo que conocí como trabajo y remuneración por ello hasta hoy, cambió. Generar ideas proyectos, conceptos que mejoren la calidad y condición de vida de los que compartimos este espacio en el planeta, se convirtió en mi prioridad, casi obsesión. Cómo se traduce eso en ingresos? Aún no lo sé, pero lo que sí sé es que nos toca a todos reinventar nuestras economías desde lo personal, priorizando lo realmente necesario a lo colectivo, generando servicios de valor a nuestras      comunidades y de respeto al medioambiente.
Con un grupo de ciudadanos sembrando árboles




En el 2021 solo espero tener la oportunidad de vivir a plenitud para aplicar las lecciones que me deja el 2020. Perdí amigos, familiares y me alejó de quienes yo pensaba cercanos, pero me devolvió alegrías sencillas y trascendentes.

Mila
Gracias por todo a la Vida
Mis hijos se volvieron adultos, me trajo a Mila y una sensación de que el matrimonio es mucho más que responsabilidades y compromisos, es amor de dos para compartirlo con todos.







Gracias 2020 por lo llorado y lo reído, por lo bailado y lo sufrido, por las angustias y certezas, pero sobre todo por mostrarme quien soy cuando dejé de ser quien creí que era.

Bienvenido 2021

miércoles, 22 de abril de 2020

LA TIERRA CELEBRÓ, COMO LE DIO LA GANA


Día de la Tierra 2020 


Por primera vez desde que se estableció la conmemoración del Día de La Tierra en 1970, es el mismo planeta el que toma la iniciativa para que lo celebremos con acciones.

Este año en celebración del Día de la Tierra no veremos murales en las escuelas porque están cerradas, no habrán congresos, ni reuniones que impliquen que corramos de un punto a otro- en nuestro auto- para llegar a la celebración; no firmaremos convenios ni acuerdos ambientales, tampoco habrán actividades de reforestación, ni de reciclaje simplemente porque la vida, como la conocimos se detuvo.  Esa vida de “corre corre”, que hacÍa una pausa para celebrar la tierra cada 22 de abril, ahora está en pausa y la Tierra celebra.

Ahora hemos tenido semanas para experimentar el canto de los pájaros porque ya no escuchamos el ruido de los autos; por días hemos apreciado los cielos despejados porque ya no hay maquinarias e industrias tirando grandes cantidades de humo.  Ahora vemos las especies que viven en nuestros vecinos bosques urbanos, porque ya no hay sierras talando sus hábitats.  

Creo que esta es la celebración más real que ha tenido el planeta desde el primer día de la tierra, cuando se estableció como premisa que teníamos que tomar acciones a favor del planeta; a falta de ellas o en consecuencia de nuestras acciones adversas, el planeta tomó las propias y la naturaleza celebró

Luego de esta pandemia, entendida la lección, debemos ser nosotros quienes le demos seguimiento a las prácticas que nos ayuden a restaurar hábitats, a recuperar ríos, a descontaminar el cielo y poder decir como la madre naturaleza hoy:  Felíz Día de la Tierra

viernes, 3 de abril de 2020

EL MUNDO SE DETUVO Y LA TIERRA RESPIRÓ

Somos la especie más vulnerable ante los cambios del planeta....



Las noticias más recientes exponían la preocupación de expertos sobre la intensidad con la que los niveles de contaminación ambiental se incrementaban, la realidad iba mucho más allá de los pronósticos y por tanto estábamos alcanzando puntos de no retorno, antes de lo esperado.  Miles de toneladas de plásticos en ríos, altos niveles de contaminación de aire, particularmente en las urbes más pobladas e industrializadas; grandes pérdidas en biodiversidad por deforestación y los cada vez más comunes, incendios forestales. En fin, los escenarios no eran alentadores y los cambios que los múltiples acuerdos, productos de las diversas Cumbres del Clima, promovidas por Naciones Unidas, no llevaban la velocidad en las acciones que las circunstancias climáticas exigían; esto alegando, en muchos de los casos, que implicaba cambios en el modelo económico devastadores e imposibles de asumir por las potencias globales.


¿Y que viene sucediendo solo desde hace 3 meses?  Los escenarios son totalmente lo contrario a lo anterior; niveles de contaminación del aire que han caído a los de hace 50 años en importantes ciudades europeas y asiáticas, los canales de Venecia vuelven a correr limpios y con vida; los animales de los entornos naturales, entran confiados en áreas urbanas,  y pareciera que el planeta no habría tenido mejores indicadores de recuperación desde mediados del siglo XX hasta la fecha. La ironía de esto es que un virus respiratorio que ataca a la raza humana, ha forzado a que detengamos nuestro intenso ritmo de vida y como efecto colateral le ha permitido al planeta respirar.


Lo imposible sucedió: Se detuvieron los carros, se estacionaron los aviones, se paró la tala y la construcción. Las escuelas se cerraron, los centros comerciales se vaciaron; el mundo se detuvo.  La raza humana para protegerse, se ha visto obligada a hacer lo que hace tres escasos meses parecía imposible: dejar de vivir de la manera acelerada como vivía. Cambiar un viaje para un congreso, a una reunión por zoom;  dejar de trabajar 14 horas en una oficina, para teletrabajar desde su hogar algunas horas al día; dejar de hacer filas larguísimas para pagar un compromiso con una institución del Estado, que hasta hace pocos días no había forma de pagarla en línea.  Se pospuso todo, todo dejó de tener la urgencia e impostergabilidad que parecía tener. Todo esto, creo que nos hace comprender que si por obligación –de vida o muerte- ha sido posible cambiar de un momento a otro de estilo de vida y seguir viviendo, seguramente de forma menos abrupta, más planificada y adecuadas para garantizar sostenibilidad económica y calidad de vida,  podremos hacerlo para salvar al planeta y de paso la vida humana en un plazo más mediato.  


La urgencia sanitaria también nos ha enseñado, el valor del espacio que habitamos, que pueda integrarse con el exterior, dejarle ventanas y balcones para que el aire entre y podamos de alguna forma interactuar con el de fuera; que las aceras y los espacios públicos sea generosos, que por si nos encontramos en ellos, sean espacios dignos y nos permitan guardar distancias si las circunstancias así nos lo exigen; que la producción agrícola no es un renglón económico pasado de moda y que los alimentos que producen nuestras comunidades rurales, son garantía -ante crisis sanitarias internacionales- de que no nos quedemos sin comida.  Esta crisis nos enseña que los espacios boscosos o zonas verdes, no son espacios subutilizados del desarrollo, son desarrollo en sí mismos, en la medida que nos protegen, que son barreras y pulmones, aliviadores de del individualismo enclaustrado, un espacio hacia la conexión con nuestra Madre Tierra.


Muchas lecciones nos deja este virus que impide respirar a los humanos, pero que ha permitido respirar al planeta y nos deja ver que para sobrevivir en él, tendremos que cambiar sí o sí, nuestra forma de vivir, de movernos, producir e interrelacionarnos.  Pero la lección más importante que nos deja: es que el mundo no tiene fronteras es la casa de todos y lo que pasa en China, tarde o temprano, me afectará en Panamá. Entonces si no es por altruismo, aunque sea por egoísmo, pensemos qué más podemos hacer para cohabitar mejor en nuestro planeta.

jueves, 2 de enero de 2020

AGRADECIMIENTO

Agradecida:
Por el año que termina y el nuevo que inicia, pero también por la década que cierra un ciclo que destruyó y reconstruyó los cimientos de mi vida
Agradecida por las puertas que se cerraron, porque me llevaron a aquellas que se abrieron y  me permitieron trazar un nuevo camino.
Agradecida porque tuve el privilegio de dedicar la mitad de la década al servicio de mi ciudad y recibir a cambio un profundo aprendizaje de nuestra gente y sus comunidades.
Agradecida por los logros de mis hijos: Terminando estudios y logrando metas
Agradecida por los proyectos que no prosperaron, porque me enseñaron a corregir y recomenzar
Agradecida por los que me adversaron y me atacaron, me hicieron más fuerte y más sabia
Agradecida por los que me apoyaron y alentaron en medio de las dificultades, me enseñaron el valor de la amistad puesta a prueba
Agradecida por la familia, la insuperable fuerza protectora y consejera
Agradecida por el amor con creces y más alla de las diferencias
Agradecida de por
poder ser, estar y amar

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Panamá: 500 años de Construir Ciudad
Revista Mundo Electoral
Octubre 2019


Una reflexión sobre el proceso que ha experimentado la Ciudad de Panamá, a lo largo de sus 500 años de historia desde su fundación.

Entender el camino recorrido, para enfrentar mejor los retos hacia el futuro.
Raisa Banfield

lunes, 26 de agosto de 2019

Y SI SE ROMPE EL PUENTE, ¿QUE HACEMOS?

Foto: Amazonas en Llamas- imagen de NetTV 23-8-2109

La riqueza natural planetaria está amenazada por la pérdida de sus bosques;no podemos mirar solo a Brasil, en Panamá, puente del mundo, la biodiversidad se empieza a desconectar

El mundo entero ha contemplado, casi petrificado, el incendio del bosque amazónico brasileño. Con profundo sentido de impotencia y frustración, hemos sido testigos de como se incineran miles de hectáreas, ante acusaciones por parte del presidente Bolsonaro, más que acciones concretas para contrarrestarlo.  Estos bosques tropicales son considerados el pulmón del mundo,  porque siendo que ésta franja localizada entre el trópico de Cancer y Capricornio y que hace miles de años cubría el 12% del globo y hoy que cubren no mas del 5%, alberga el 50% de la biodiversidad del planeta, es gran generadora de oxigeno  y receptora importante de CO2.  El 25% de éstas selvas, se localizan en Brasil, siendo ésta la masa boscosa tropical más grande del mundo.


 Pero mientras esto pasa en Brasil, también se queman bosques en Las Canarias, en Siberia y otros muchos focos en el mundo, que no por menos importantes, es menos preocupante ver como se pierden estos irremplazables ecosistemas.  Para el año 2017, según la organización Global Forest Watch se perdieron 15.8 millones de hectáreas boscosas en el planeta.  Eso equivale a dos veces el tamaño de Panamá.  Y sucede por quemas, sí, en su mayoría, pero el incendio es solo la vía para:  extender la frontera agrícola-normalmente para monocultivos-para construcción inmobiliaria, industrial de diversa índole, para transformación de suelos boscosos a "productivos" mal entendiendo que al ser boscosos, no son "producen".  Mientras en realidad están produciendo: agua, oxígeno, biodiverisidad, captura de carbono para el planeta entero.

Panamá es parte de este gran problema, porque en los últimos 60 años, ha perdido más del 50% de sus bosques.  A falta de una política ambiental que priorice riquezas naturales por encima de industrias extractivas o de una insostenible política agrícola, o ante la falta de entendimiento entre la necesidad de convivencia entre lo urbano y lo natural, perdemos indiscriminadamente bosques;  mientras tratamos de reforestar no con mucho éxito en el resultado y el tiempo.  Recientemente la Revista" Scientific American"  Publicó:  Panama Risks Becoming a Broken Link in an Intercontinental Wildlife Route.  

Esto se traduce en que los riesgos ambientales de Panamá, amenazan con romper el puente, que desde hace 3 millones de años ha conectado la biodiversidad del norte y el sur del continente.  Perdiendo con esto nuestra originaria -a mi parecer- más importante vocación de conectividad planetaria, la que transformó el mundo al conectar el norte y sur americano.
Foto: FAO Deforestación
en Panamá



La fragmentación boscosa impide que las especies migren en busca de alimento, de  mejores climas y para su natural apareamiento. Los expone al temor humano cuando invaden áreas urbanizadas a la muerte, los aísla en parches de bosque lo que al final se traduce en la extinción de muchas especies que conocemos.  Pero esto no solo está pasando en las selvas del Darién, en donde se están perdiendo cerca de 8.1 hectáreas diarias, según la publicación de La Prensa de hoy 26 de agosto, también se están perdiendo los bosques del área canalera por decisiones atomizadas, logísticas, urbanísticas, económicas, pero sin la mirada integral de la necesaria protección de nuestras selvas.

Foto: Laurentino Cortizo en Twitter Noviembre 2018




Qué hacemos?  Protestamos en Brasil? Nos amarramos a los arboles del Darién? Cerramos las calles en el área del Canal?.... 

Ninguna acción que evidencie el problema y demande acciones de autoridades  y actores claves, se puede descartar; pero no nos podemos contentar con eso.  Debemos actuar individual/colectivamente:  Reduciendo consumo de carne, consumiendo productos locales, mientras más cerca de nuestro centro urbano, mejor y si los podemos producir en casa, excelente!.  Caminando más, eliminando el plástico desechable, evaluando donde compramos la nueva casa que su construcción, implicó la tala de otro bosque; reduciendo nuestra adquisición de metales preciosos.   Sembremos, pero también contribuyamos a detener la deforestación, reciclemos y reduzcamos el consumo de los inservibles....Todo, todo lo que hagamos cuenta, porque somos los consumidores y la forma en que consumimos, lo que determina el que el mercado siga ofreciéndonos "espejo a cambio de oro", es decir, cambiándonos riqueza natural por depredación.  


Nuestras acciones individuales sumadas cuentan y obligan políticas de Estado más consolas con la realidad, nuestras acciones conscientes evitan que políticos desconocedores de los problemas climáticos, sigan impulsando Políticas desfasadas que ya no son acordes a la realidad planetaria y a la adaptación de la economía a la adaptación climática.  

Estemos todos claros, que el que está en peligro NO es el planeta, éste continuará sin nosotros; somos la raza humana, la que está en peligro de extinción. Entonces, ¿qué hacemos?

lunes, 19 de agosto de 2019

"SUBE Y DALE PA'TRAS"

Un antes y un ahora en el transporte público en Panamá


Durante toda mi carrera de arquitectura en la Universidad de Panamá, viajaba en bus (Tumba Muerto- Calle 12)  Desde la parada del Dorado- a la que llegaba caminando desde Altos del Chase-  de allí, en bus hasta la U, al lado del Seguro Social de Transístmica.  Era relativamente cerca, pero montarse en uno de esos conocidos "diablos rojos", era una verdadera tortura.  Casi siempre tocaba ir de pie, rozando tu cuerpo con cada desconocido que se deslizaba en el pasillo de 60cm de ancho y  que ya lo ocupaban dos filas de personas, para constreñirse en el fondo, ante el grito desesperado del conductor "DENLE PA'TRAS".

Diablo Rojo, Antigua rutaTumba Muerto - Calle 12


Cuando llovía, que era a menudo, íbamos como carne cocida al vapor, sudando hasta la última gota, con los vidrios cerrados para que no entrara el agua (aunque casi siempre llovía por dentro) mezclando perfumes y olores muy humanos... y cuando a toda esta experiencia, ya bastante singular, se le sumaba el día que me tocaba llevar la regla T, el rollo de plano para la entrega de algún proyecto, o la Acuarela terminada para la clase de Perspectiva uffff.... sí, viajar en bus era el castigo del universo por no tener carro.

Terminé mi carrera, tuve mi primer carrito y de allí en adelante, más nunca subí a un bus, salvo cuando ya casada con dos hijos, quise que mis niños vivieran la experiencia, como una aventura  (era una noche fresca, el bus casi vacío y mi esposo nos escoltaba en carro, desde el McDonalds del Dorado a Plaza Edison... nada complicado).

Todos sabemos, lo que significó el 23 de octubre de 2008 para la vida, particularmente, de los familiares de quienes  murieron incinerados en aquel autobús, pero también para la transformación que empezó a tener la movilidad pública en Panamá.  Poco después inicia el estudio para el desarrollo del Plan Integral de Movilidad Urbana Sostenible (PIMUS)  y recuerdo que me tocó participar en las mesas de estudio diganóstico, como Fundación Panamá Sostenible, que dirigía.  Lo que allí se proyectaba parecía inalcanzable para Panamá, ante un sistema por décadas dominado por las mafias del transporte.  Pero no solo había que soñar, había que trabajar en ello.

Plan de Acción Alcaldía de Panamá-BID
Años después, ya electa vicealcaldesa de la ciudad de Panamá, me correspondía la asignación de un carro de trabajo.  En ese momento tomé la decisión de vender mi carro personal (que estaría la mayor parte del tiempo estacionado) para en días laborables usar el auto asignado, y en los de asueto, compartir con mi esposo el carro familiar.  Pero tenía una idea en mente:  "Quiero contribuir desde mi trabajo a que la movilidad en Panamá mejore tanto, que al salir de la Alcaldía, ya no tenga necesidad de comprarme un carro".  Tenía esa idea clara en mente: UN CARRO MENOS

Acera renovada en Vía España, Ciudad de Panamá
Ya es historia sabida lo que ocurrió en los últimos 10 años con el inicio de  la implementación del PIMUS, la construcción de 2 lineas de metros, la transformación del sistema de buses de diablo rojos al sistema metrobus, y luego el proyecto de recuperación de aceras y espacio público de la Alcaldía de Panamá;  que partiendo del estudio diagnóstico y diseño de un plan de acción, inicia la recuperación del centro para facilitar la caminabilidad, como contribución desde el gobierno local y mejorar así la conectividad,
incentivando a que más personas sientan mayor comodidad al acceder al transporte público, pero sobre todo para que quienes tienen carros, puedan dejarlos en casa y moverse en la ciudad.

Linea 2 del Metro de Panamá

Por mi parte hace 50 días que no dispongo de carro personal y me muevo por la ciudad con todos los medios de transporte disponibles:  desde el selectivo taxi, al cómodo uber, pero también en bicicleta (cuando se trata de puntos alrededor de donde vivo), en metro y casi siempre en bus.  Les comento que es una experiencia gratificante:  me encuentro con la gente, converso, cuando hay condiciones, leo mi libro que llevo en la cartera, (cómodamente sentada y con aire acondicionado), disfruto mi ciudad y muchas veces me siento como si no viviera en mi país.  Hace 25 años cuando iba a la U, jamás pude imaginar que sería parte de este cambio.   No puedo decir que no necesito un carro y es muy posible que lo compre, lo cierto es que ya no dependeré de él como antes.  


Sistema de Transporte Mi Bus
Es verdad,  aún nos falta mucho, mayores conexiones,  más lineas de metro, mejorar horarios y rutas de mi bus; pero también continuar con las mejoras a  las aceras para hacerlas realmente caminables, sombreadas con árboles.  Sin embargo, ya hemos comenzado y no debe haber vuelta atrás.  Una ciudad de rascacielos y de Canal Interoceánico que conecta al mundo, no puede ser para sus visitantes y locales, una ciudad que no conecte sus barrios y a su gente, reduciendo emisiones con una movilidad eficiente y menos contaminante;  pero sobre todo una ciudad con mejor calidad ambiental, más eficiente, una ciudad para su gente.


 







lunes, 12 de agosto de 2019

LA CIUDAD QUE CELEBRA 500 AÑOS

Panamá!

Maqueta de la Primera Ciudad de Panamá, Panamá La Vieja
San Felipe, Ciudad Amurallada

En la cercanía del cumpleaños 500 de la fundación de ciudad Panamá, me envuelve un profundo sentido de  reflexión sobre la ciudad que hemos sido, que somos y que tenemos el potencial de ser.  Ciertamente por casi 4 siglos y medio, fuimos una ciudad de intramuros con un arrabal que la complementaba y una serie de fincas que fueron perfilándose como los nuevos barrios a las afueras de la ciudad.

Mientras que la ciudad de intramuros, se mudaba y reinventaba a través de sus diversos estilos, colonial, francés, norteamericano, mantenía su trazado,escala y su planificación; intercalándose -entre tanto y tanto-incendios y saqueos.  En las afueras la ciudad crecía a veces orgánica e improvisada producto de las migraciones internas y externas, pero a veces con planificación determinada y visión a largo plazo, como la que concibió Belisario Porras en La Exposición.  No obstante debemos reconocer que el vertiginoso crecimiento de la urbe más antigua del pacifico americano, en tierra firme -Panamá- ha ocurrido en los últimos 50 años. 

Ciudad de Panamá en 1960,
fotografía: Panamá Vieja Escuela
En 1960 la ciudad contaba con una población  de 283,000 habitantes, pasando a 800mil hacia finales del siglo XX, para llegar a más de 2 millones en el área, que ahora se proyecta como zona metropolitana. Con el crecimiento poblacional, la crisis económica del primer decenio del siglo XXI en Europa y Estados Unidos, el foco de la inversión internacional más importante en Panamá, además de la ampliación del Canal, era el mercado inmobiliario. Con esto la  transformación del suelo capitalino sufrió cambios dramáticos y muy rápidos. Como ejemplo de ello, los corregimientos  de San Francisco y Bella Vista, fueron el epicentro de esta vorágine. Así, ante nuestros ojos,  veíamos como residencias unifamiliares en lotes de 800 a 1000m2 se convertían en edificios para 200 familias, con una huella de construcción que ocupan todo el terreno, lo que anteriormente eran áreas verdes, jardines o arbolado urbano.  

fotografia: Peter Lievano
El alto poder adquisitivo, la dinámica impuesta por la ampliación del canal y sus nuevas perspectivas, así como la nueva demanda inmobiliaria del turismo de segunda residencia y de corrientes migratorias importantes,  encontraban en nuestra ciudad, sitio seguro para seguir su desarrollo en distintos ámbitos. Sin embargo, la ausencia de planificación con visión a largo plazo, donde la oferta de mercado dispuso  de las áreas donde debía crecer la ciudad, pero sin que el Estado pudiera estar cónsono en inversiones de infraestructuras, saneamiento y agua potable, hacia esos nuevos sitios que ahora consumía nuevo suelo urbano.

Siendo así que ahora ocupamos manglares, bosques de la cuenca del Canal, construimos sobre ríos, afectando sus dinámicas, pero a la vez contaminando sus aguas con el descontrol en el manejo de residuos urbanos. Ante este escenario del primer cuarto de siglo, cuáles son los desafíos y en que debemos enfocar nuestras acciones?

Enfocarnos en ordenar el territorio, determinar la concentración de la huella urbana, aprovechando suelo urbanizado subutilizado para evitar seguir consumiendo suelo de riqueza natural.  Identificados ya los espacios públicos de carácter distrital, generar parques conectores, no solo de gente sino de biodiversidad, amortiguando zonas de conservación.  Equilibrando densidad con intensidad, logrando que las edificaciones acojan más personas, pero no a costa de masificar la ciudad, recuperando y generando espacio que brinde equilibrio entre lo que se construye y los vacíos que quedan para que sean llenados por la gente.  Intensificar las inversiones en movilidad pública, que le da prioridad a la no motorizada, entre los aspectos más relevantes.

San Felipe, fotografía de COPA Airlines
La ciudad ya tiene un plan, que no puede ignorarse, que debe revalidarse y aplicar.  No podemos seguir en los 500 años por venir, con una ciudad que crece a tumbos, por impulsos o por caprichos de un sector, consumiendo suelo y recursos finitos, incrementando crisis climática.  Tiene que ser para todos, inclusiva, con inversiones públicas enfocadas a las áreas de desarrollo y con visión de gestión ambiental integrada como parte de un desarrollo coherente y participativo.  Es la ciudad que debemos y tenemos la responsabilidad de seguir  construyendo, a partir de las bases existentes, la ciudad que cumple 500 años, antigua, moderna, emergente.

lunes, 29 de julio de 2019

DE LECCIONES APRENDIDAS

Y aún más por aprender...

Cuando estaba en 4to grado de primaria, me sentaba en la parte de atrás con mi compañera María Eugenia a quien le encantaba dibujar emulando las entonces famosas foto-novelas; pasábamos horas dibujando y creando nuestro mundo de fantasía, sin enterarnos que hablaba la maestra ni lo que se hacía en clase.  Ese bimestre obtuve mis más bajas calificaciones en la historia de mi corta vida, hasta entonces.  La maestra habló con con mi mamá y ya deben imaginar las consecuencias.  Nos separaron, nos ubicaron adelante y pasé semanas después de clases actualizando mis cuadernos y poniéndome al día;  después de allí entendí que las decisiones que tomaba en la vida, tenían sus consecuencias y definirían mi camino.  En ese momento a estar en el grupo de los estudiantes problemas o a ser una estudiante sobresaliente.

Así la vida de tanto en tanto,  se me ha presentado con bifurcaciones en el camino, donde cada vez me corresponde elegir, como cuando tuve que plantarme:   Sigo en mi trabajo de arquitecta asalariada o abro mi propia firma con el recurso único de mi creatividad?...Opté por lo segundo.  Después de 13 años de ejercer como profesional independiente, me planteo:  Continúo con la maravillosa práctica  de la arquitectura  que me encanta o pospongo para  dirigir una organización no gubernamental para la defensa del ambiente?... me decidí por la segunda opción.  Continúo desde la sociedad civil organizada alzando mi voz y trabajando junto a otros en la defensa del ambiente, o doy el paso y acepto ir a una formula política para trabajar por la ciudad de Panamá como vicealcaldesa?... nuevamente opté por la segunda posibilidad.

De todas estas decisiones, lo importante es que me han llevado a mirar más allá de las que yo creía, eran mis únicas posibilidades para hacer el bien que me proponía.  Pero siempre, había un paso más allá, al otro lado del camino.

Lo que ha sucedido con esto, es que no obstante haber ejercido la carrera que me propuse estudiar, he sido presentadora de televisión, activista ambiental, directora de ONG's, y vice alcaldesa.  Pero siempre, siempre he querido dejar una huella positiva en lo que he hecho, superando el miedo de lanzarme a lo desconocido.  Pero lo que quisiera hoy con este escrito, es compartirles mi reflexión de lo aprendido de toda esta variada experiencia, desde diversos sectores del quehacer de nuestra
sociedad.

Entendí que como ciudadana tenía un rol que jugar  en esta sociedad y no solo como beneficiaria de los impuestos que pagaba.  Comprendí como dirigente de grupos organizados, en defensa del ordenamiento de la ciudad y de la protección de nuestro ambiente, había que perderle el miedo a los enormes intereses económicos, que me parecía -hasta entonces- eran los únicos que decidían el qué, el cómo y el dónde se hacía lo que se hacía, más allá del impacto que representara.  Aprendí desde el servicio público, que si bien era un privilegio ejercer desde "el poder"la toma de acciones concretas en beneficio de la sociedad, que éste era limitado y supeditado a una serie de  tejidos burocráticos y políticos, que hace disminuir su verdadero impacto, pero que al mismo tiempo crea los balances que se requieren en una democracia.  Aprendí que el poder ciudadano es más poderoso de lo que aparenta, cuando se ejerce en conciencia y con responsabilidad.

Hoy la vida me pone de frente ya no un camino con dos bifurcaciones, sino una encrucijada de vías que se entrelazan hacia el mismo norte.  Con todo lo recorrido, desde tantas rutas, quiero y puedo seguir aportando al desarrollo de mi país, junto a profesionales valiosos, con los saberes ganados, pero sobre todo con las lecciones aprendidas, cuya máxima lección es que siempre se puede aprender más y cada vez, hacer mejor

domingo, 14 de julio de 2019

De Ciudades Monotemáticas a Ecosistémicas


En el interior de Panamá
Para mi, uno de los placeres más gratificantes: poder descubrir el paisaje natural de nuestros pueblos, cuando en recorrido por carretera, me dirijo a algún punto del interior de la República.  Esa fue precisamente la experiencia del pasado fin de semana, rumbo a Chiriquí.  

Volcán
La riqueza en el camino pasa desde bosques tropicales que te abrazan, hasta prados de cultivos, atravesando caseríos campesinos, con actividades tanto diversas como distantes a las de la urbe.  Siempre es un descanso a la vista, pero sobre todo a la congestión de mente y a veces, hasta del alma.  Ya en Chiriquí, la variedad es impresionante, desde climas, hasta vegetación y flora.  Paisajes de montañas nubosas en Tierras Altas, hasta los bajos del pacífico con playas majestuosas como las de Puerto Armuelles.

Boquete
Playa en San Vicente, Puerto Armuelles
Precisamente estando en esta Tierra de contrastes, por sus riquezas naturales, dos aspectos me vinieron de particular relieve:  el contraste entre la prosperidad productiva y turística de tierras altas, vs la soledad y percepción de abandono de la zona baja costera, como Puerto Armuelles.  Este último con unas playas hermosas, un urbanismo que otrora fuera a la vanguardia de muchos en el resto del país, con arquitectura tropical emplazada en un paisajismo que aún destaca una belleza natural singular. La historia riquísima de un pueblo porteño, de gran auge en el siglo pasado, de donde aún hay vestigio en su viejo muelle, las ruinas del ferrocarril y la nostalgia por lo que dejó la era bananera.   

Todo esto no me hace más que pensar en ¿por qué teniendo tanto, se desarrolla  tan poco?  Caminando por sus calles, entrando a sus viajes edificaciones, la respuesta casi salta a la vista. Hacer que el desarrollo de un pueblo o ciudad, dependa de una actividad, por más lucrativa y que de ella deriven actividades indirectas, no promoverá un desarrollo integral y sostenible, será solamente para "los buenos tiempos" y en los malos...ya veremos.

Puerto Armuelles
Pensar en las ciudades como un todo, un conjunto de dinámicas y realidades que coexisten y son interdependientes. No como ciudades monotemáticas donde todo lo demás depende de esa actividad o realidad principal:  Panamá y su Canal, Cerro Punta y la agricultura, Darien y el aprovechamiento maderero, Puerto Armuelles y la actividad bananera... NO! Las ciudades son gente, naturaleza, cultura, producción de alimentos o de bienes, pero también sitios para visitar y conocer.  Esto último porque cada condición natural o cultural que las caracteriza, las convierte en sitios únicos y especiales para el turismo, la investigación o simplemente para su descubrimiento.  Pensar las ciudades como un todo y desarrollarlas como un ecosistema, depende de la participación y el reconocimiento de todos sus actores; su gente, sus autoridades, sus empresarios, todos.  Solo pensando y actuando así, las ciudades pueden distribuir sus inversiones, pero también hacer de estas mejores garantes de los bienes y recursos que sostienen a largo plazo las mismas.  Reconocer los valores y activos, pero también las vulnerabilidades y debilidades de las ciudades, permite mirarlas como un ecosistema que distribuye mejor cargas y contrapesos del crecimiento, pero también  la custodia de sus patrimonios naturales y culturales.


domingo, 30 de junio de 2019

EN 5 AÑOS DE 500...

Son muchas las experiencias que se viven en 5 años:  un bebe, aprende a gatear, caminar y hasta llega al preescolar; un pre adolescente se convierte en adulto y termina su ciclo de estudios escolares, un pequeño plantón -con el cuido necesario- se convierte en un arbusto capaz de sobrepasar la adversidad del entorno hasta llegar a ser un árbol.  Pero también en 5 años, se puede transformar una ciudad....

Esa fue la tarea que hace 5 años, me invitó a desarrollar junto a él, José Isabel Blandón.  Era todo un desafío cuando como ciudadanos estábamos acostumbrados a la ciudad agresiva, aspirando a que mejorara, pero sin que nadie quisiera ceder de sus espacios conquistados en su pequeño espacio de ciudad.  Abordar el intrincado tema de las inundaciones, culpándonos unos a otros, sin que nadie fuese responsable; la recuperación del espacio público, la salud y cuido del arbolado urbano; el desarrollo de procesos culturales vistos y entendidos más allá de eventos específicos, sino desde la creación de procesos de pertenencias y empoderamiento social.  Y el principal reto de todos, crear por primera vez desde la autoridad local, el plan de ordenamiento de la ciudad, con  una visión integrada mucho más allá del usualmente entendido "uso de suelo", sino visto desde la gestión ambiental, social, inversión pública, integración de los espacios públicos y de conservación a las áreas desarrollables y con visión de riesgo.  Todo esto y más en un plan de 5 años de gestión , con una proyección a 20 años en la implementación de los diversos proyectos extendidos en el tiempo.



Y así transcurrieron 5 años con el apoyo de muchos aliados locales e internacionales, que atraídos por la capacidad de trabajo y la visión clara, se sumaron en el proceso de transformar nuestra ciudad.  No hubiésemos podido lograr tanto sin ayuda de la cooperación internacional, o los fondos no reembolsables de la banca internacional o el conocimiento técnico y recurso humano de academias, universidades e instituciones de ciencia e investigación.  Sin embargo, considero que de los frutos más valiosos de estos 5 años, construir ciudadanía a través de los procesos de participación y discusión de proyectos, planes de ordenamiento, elaboración de murales artísticos, deliberaciones en presupuestos participativos, fue de los resultados más enriquecedores y estimulantes.  No era fácil someterse cada vez al escrutinio público, a la crítica - a veces respetuosa, a veces no tanto- al cuestionamiento, pero después de superado todo ello,  aunque el proceso no fue fácil, fue altamente enriquecedor y nos dejó avances en la construcción de puentes entre ciudadanos y sus autoridades, entre voluntades y acciones concretas.

Grandes retos aún por atender: la continuidad en el seguimiento a los problemas de riesgos en la ciudad, ya identificadas acciones y soluciones; continuación de la recuperación de espacios públicos, parques, aceras; ampliación de los programas de movilidad no motorizada en la ciudad; implementación de normas que quedan para aprobación del Concejo Municipal y lograr así mayor coherencia entre lo que se planifica y lo que se aprueba en campo; extender el inventario y mantenimiento arbóreo, con el debido reemplazo de las especies más aptas en el desarrollo urbano,  el fortalecimiento del programa Basura0, que pase de proyectos pilotos a la implementación de las políticas y estrategias en los 26 corregimientos; en fin, solo sembramos la semilla, construimos los pilares, afinamos los motores....como se quiera decir, la transformación de la ciudad empezó, debe avanzar y no se puede permitir retroceder.  Además dejamos todo listo para la celebración de 500 años de ciudad, una ciudad multicultural, multiétnica, biodiversa, una ciudad maravillosa.

Luego de 5 años- en los que cumplí 50 y la ciudad cumple 500,  (nada es coincidencia) ...puedo decir que han sido los más desafiantes de mi vida, pero también los más gratificantes.   Me siento profundamente orgullosa y agradecida de haber servido a mi ciudad, a mi país a través del honroso cargo de servidora pública, electa como vicalcaldesa de la ciudad de Panamá.  Gracias a Jose Blandón, por haberme invitado a ser parte de su fórmula con visión de ciudad, a los votantes que depositaron en nosotros la confianza y al trabajo incansable y comprometido de colegas y compañeros de trabajo en esta maravillosa aventura, que nos permitió consolidar a Panamá, como una ciudad más humana, sostenible y global. Gracias Ciudad de Panamá!!

domingo, 9 de septiembre de 2018

DE LAS PREGUNTAS MÁS FRECUENTES:




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Hay ocasiones en que las acciones no se planean, solo suceden. La defensa ambiental, tiene muchas aristas que van desde la educación, sensibilización, propuestas y proyectos, pero también acciones que visibilicen que no podemos seguir destruyendo nuestros recursos naturales por proyectos que no los justifican por ser insustentables.

Hay otras, en las que en cambio podemos trabajar desde la toma de decisiones en cambiar cosas, iniciar procesos, que aunque pequeños ante los grandes retos y desafíos, pueden empezar a darle un nuevo rumbo a las tradicionales acciones que deterioran nuestra calidad de vida.... Sí, lo se, no se ven, no se nota, cómo entonces hacer la diferencia?  Sumar a más, perserverar, insistir hasta lograrlo. A veces estos pasos nos llevan al plano político, pero no es el único desde donde se puede hacer la diferencia, pero sí es necesario y ahora, por más difícil que sea, lo comprendo mejor que nunca

Todo en cuanto podamos hacer la diferencia, cuenta.  Los cambios cuestan, pero para dirigir los pasos hacia la sosteniblidad, son necesarios

domingo, 17 de junio de 2018

UNA MIRADA HACIA ADENTRO



Crecí con moños y trenzas que me tejían mi abuela y mi mamá; a los 9 años estaba desesperada porque me alisaran el cabello.  Soñaba con que se moviera "libre con el viento" y que los niños en la escuela no me halaran los moños, pero mi papá se oponía terriblemente.  

Fue cuando tenía 11 años y empezaba el segundo año de secundaria, que finalmente me deshice de lo que sentí que me esclavizaba y al fin mi cabello se movió libre con el viento.  Me sentía liberada e igual a mis amigas.

El pasado mayo, durante la celebración del mes de la etnia negra, decidí trenzarme el cabello con la técnica de croché para celebrar el día de las trenzas.  Jamás imaginé el impacto que esto tendría en la forma de verme y reconocerme.  Plashka quien usa su cabello afro desde hace varios años, me presentó a Ileana, otra chica con una historia maravillosa detras de sus trenzas y espectacular cabello rizado, pero que ademas es una artista del estilo afrodescendiente; puse mi cabeza en sus manos.

Durante las 4 horas que duró el peinado, conversamos de los procesos de autoreconocimiento de nuestra etnia en nosotras y por la que cada una había atravesado de diversas formas.  Cuando estuve lista, casi no me reconocía, me veía NEGRA.... Sí, siempre lo fui, pero el cabello, el marco de tu rostro, define muchas cosas, entre otras un estilo.  En Panamá considero que somos más hispanos, que caribeños y por eso nos diferenciamos de nuestros hermanos antillanos, en modos y costumbres, a pesar de ser también del Caribe.  Al trenzarme me sentí deslatinizada y 100% afrodescendiente.

Para el Festival de Africa en América, esa noche, me sentí como reina etíope y disfrute mucho "el flow";  sin embargo, el lunes cuando me vestí para trabajar, viéndome al espejo me dije: este peinado no combina con la ropa de trabajo"-tal vez acostumbrada a pensar que las trenzas son para la playa, vacaciones en Cartagena y símbolo de diversión y despreocupación... Pero, y por que no para trabajar?  Fue en ese momento, cuando me di cuenta que a pesar de que sentía que había superado lo que me hizo sentir en algún momento discriminada, o preocupada por lo que pensaran de mi color o característica,  me había metido en la casilla del como me debía ver para trabajar,  y como que así tan antillana, no encajaba.



Un poquito de nervio  (de como sería vista)  un poquito de atrevimiento  (una vicealcaldesa con trenzas!!!!)  un poquito de "y a mi que me importa", todo junto al final ha dado como resultado un re descubrimiento de mi negritud y una verdadera liberación, sí la del estereotipo de como me debo ver o como debo ser vista por los demás.  Además descubrí que es super práctico, económico, listo para toda ocasión y me hace sentir hermosa y poderosamente: afrodescendiente

Comparto hoy esta experiencia y que espero sirva de testimonio para tantas otras mujeres, que como yo, han sido influenciadas de una u otra forma por el "blanqueamiento social" y que al ahondar en sus raíces, se descubren  más fuertes y capaces de vencer los obstáculos que se interpongan en el camino entre la identidad y su propósito en la vida.



Carta Abierta a Mi Hija (desde un Panamá minero)   Recuerdo como si fuera ayer, como me afané en que todo estuviese listo para cuando nacier...