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miércoles, 26 de enero de 2022

Carta Abierta a Mi Hija

(desde un Panamá minero)

 

Recuerdo como si fuera ayer, como me afané en que todo estuviese listo para cuando nacieras, definitivamente en mí el síndrome de la preparación del nido, no era cuento; sentía una fuerza interior que me impulsaba a estar pendiente de todo para que la llegada de mi primera hija, fuera perfecta. Esmerada en que encontraras un cuarto hermoso que aunque sencillo, estuviese provisto de todo lo que necesitaras para acogerte en nuestro mundo.

 

Irónicamente entonces, totalmente desconectada del entorno socio-ambiental y político, no me daba cuenta que recién se había firmado un Contrato Ley, que más adelante definiría muchas de mis luchas y preocupaciones. Un Contrato Ley que permitiría que empresas extractivistas de metales, horadaran nuestra tierra, devastaran nuestros bosques, usaran en cantidades excesivas nuestra agua y luego de contaminarla, la depositaran en llanuras de residuos contaminantes, donde antes habría habido bosques y fuera el hábitat de millones de especies.  ¿Por qué te cuento esto hija, y qué tiene que ver contigo hoy?  Te lo comparto porque nunca antes la vida me había ensañado de manera tan clara, como mientras nos preocupamos de nuestra casa chiquita, (de tu cuartito) podemos estar perdiendo la Casa Grande, la de todos, la que la Madre Naturaleza nos procuró para vivir con decoro y provistos de todo.  Mientras yo preparaba tu cuarto, alguien le cedía parte de nuestra Casa Grande, a una de las industrias más contaminantes del planeta: la minería metálica a cielo abierto.

 

La ironía se completa, cuando el día que cumples 26 años, el contrato original –ya desparecido, por la lucha tenaz de defensores ambientales, de los que he sido parte- retoma vida cuando el hoy presidente de la República anuncia que las negociaciones mineras habían concluido con éxito y que fruto de ellas ahora Panamá recibiría 375 millones de dólares anuales, al formalizarse un nuevo contrato.  Mientras que para algunos era un gran logro, a mí me desgarraban las entrañas de madre, porque este pedacito de Tierra que he procurado cuidar desde casa con ustedes y para ustedes, con amigos activistas, en organizaciones nacionales e internacionales, desde lo público y lo privado y en cada una de mis acciones, con errores y aciertos; ahora simplemente era objeto y sujeto del extrativismo para las próximas décadas por venir y para muchas otras empresas, que como la del contrato ley lesivo, quieren venir por lo propio y desentrañar del subsuelo, lo que la naturaleza ha custodiado debajo de ríos, bosques, suelo…de la vida misma.

                                  

Ahora, tú que trabajas cuidando la madre tierra a través de tu cocina sostenible, procurando cuidar con tus recetas, que lo que le demandes a la madre naturaleza sea lo que te pueda dar, tendrás mayores preocupaciones en los años venideros:  Tendrás que preocuparte que el suelo no esté contaminado con metales pesados, que las cosechas de donde son tus productos vengan de tierras libre de minería metálica. Los productores tendrán aún mayores desafíos, ante la amenaza de ser desplazados por las empresas mineras y sus actividades. La escases del alimento, no será un presagio sino una realidad.  Porque no todo lo puede comprar el dinero y lo hoy negociado no representa garantía de salud, agua, suelos y bosques saludables, solo de pan para hoy y hambre para mañana.


Hija, te pido perdón a ti y a tus hermanos y en ellos a los jóvenes de tu generación por lo que no pude (no pudimos) hacer, decir, convencer y educar a nuestra generación para que se tomara la mejor decisión por y para Panamá, por y para ustedes. Perdón por lo que me toca, espero que con la carga que les dejamos, puedan salir adelante y transformar para mejor, el pedacito de Tierra que les toca proteger.  Te amo, tu madre



miércoles, 24 de julio de 2019

Que tan viable es una playa artificial en la Bahía de Panamá?

Y si recuperamos las playas que ya tenemos?



Con respecto a la creación de una playa artificial a lo largo de la Cinta Costera en la Bahía de Panamá, comparto la entrevista que me hicieran en TVN con consideraciones compartidas, con muchos profesionales que han estudiado y coincidimos en recomendar realizar profundos estudios para analizar la viabilidad ambiental y socioeconómica de la propuesta:


https://www.tvn-2.com/nacionales/Raisa-Banfield-sugiere-intervenciones-Panama-ciudad-alcaldia-playas_0_5357464212.html

domingo, 14 de julio de 2019

De Ciudades Monotemáticas a Ecosistémicas


En el interior de Panamá
Para mi, uno de los placeres más gratificantes: poder descubrir el paisaje natural de nuestros pueblos, cuando en recorrido por carretera, me dirijo a algún punto del interior de la República.  Esa fue precisamente la experiencia del pasado fin de semana, rumbo a Chiriquí.  

Volcán
La riqueza en el camino pasa desde bosques tropicales que te abrazan, hasta prados de cultivos, atravesando caseríos campesinos, con actividades tanto diversas como distantes a las de la urbe.  Siempre es un descanso a la vista, pero sobre todo a la congestión de mente y a veces, hasta del alma.  Ya en Chiriquí, la variedad es impresionante, desde climas, hasta vegetación y flora.  Paisajes de montañas nubosas en Tierras Altas, hasta los bajos del pacífico con playas majestuosas como las de Puerto Armuelles.

Boquete
Playa en San Vicente, Puerto Armuelles
Precisamente estando en esta Tierra de contrastes, por sus riquezas naturales, dos aspectos me vinieron de particular relieve:  el contraste entre la prosperidad productiva y turística de tierras altas, vs la soledad y percepción de abandono de la zona baja costera, como Puerto Armuelles.  Este último con unas playas hermosas, un urbanismo que otrora fuera a la vanguardia de muchos en el resto del país, con arquitectura tropical emplazada en un paisajismo que aún destaca una belleza natural singular. La historia riquísima de un pueblo porteño, de gran auge en el siglo pasado, de donde aún hay vestigio en su viejo muelle, las ruinas del ferrocarril y la nostalgia por lo que dejó la era bananera.   

Todo esto no me hace más que pensar en ¿por qué teniendo tanto, se desarrolla  tan poco?  Caminando por sus calles, entrando a sus viajes edificaciones, la respuesta casi salta a la vista. Hacer que el desarrollo de un pueblo o ciudad, dependa de una actividad, por más lucrativa y que de ella deriven actividades indirectas, no promoverá un desarrollo integral y sostenible, será solamente para "los buenos tiempos" y en los malos...ya veremos.

Puerto Armuelles
Pensar en las ciudades como un todo, un conjunto de dinámicas y realidades que coexisten y son interdependientes. No como ciudades monotemáticas donde todo lo demás depende de esa actividad o realidad principal:  Panamá y su Canal, Cerro Punta y la agricultura, Darien y el aprovechamiento maderero, Puerto Armuelles y la actividad bananera... NO! Las ciudades son gente, naturaleza, cultura, producción de alimentos o de bienes, pero también sitios para visitar y conocer.  Esto último porque cada condición natural o cultural que las caracteriza, las convierte en sitios únicos y especiales para el turismo, la investigación o simplemente para su descubrimiento.  Pensar las ciudades como un todo y desarrollarlas como un ecosistema, depende de la participación y el reconocimiento de todos sus actores; su gente, sus autoridades, sus empresarios, todos.  Solo pensando y actuando así, las ciudades pueden distribuir sus inversiones, pero también hacer de estas mejores garantes de los bienes y recursos que sostienen a largo plazo las mismas.  Reconocer los valores y activos, pero también las vulnerabilidades y debilidades de las ciudades, permite mirarlas como un ecosistema que distribuye mejor cargas y contrapesos del crecimiento, pero también  la custodia de sus patrimonios naturales y culturales.


domingo, 30 de junio de 2019

EN 5 AÑOS DE 500...

Son muchas las experiencias que se viven en 5 años:  un bebe, aprende a gatear, caminar y hasta llega al preescolar; un pre adolescente se convierte en adulto y termina su ciclo de estudios escolares, un pequeño plantón -con el cuido necesario- se convierte en un arbusto capaz de sobrepasar la adversidad del entorno hasta llegar a ser un árbol.  Pero también en 5 años, se puede transformar una ciudad....

Esa fue la tarea que hace 5 años, me invitó a desarrollar junto a él, José Isabel Blandón.  Era todo un desafío cuando como ciudadanos estábamos acostumbrados a la ciudad agresiva, aspirando a que mejorara, pero sin que nadie quisiera ceder de sus espacios conquistados en su pequeño espacio de ciudad.  Abordar el intrincado tema de las inundaciones, culpándonos unos a otros, sin que nadie fuese responsable; la recuperación del espacio público, la salud y cuido del arbolado urbano; el desarrollo de procesos culturales vistos y entendidos más allá de eventos específicos, sino desde la creación de procesos de pertenencias y empoderamiento social.  Y el principal reto de todos, crear por primera vez desde la autoridad local, el plan de ordenamiento de la ciudad, con  una visión integrada mucho más allá del usualmente entendido "uso de suelo", sino visto desde la gestión ambiental, social, inversión pública, integración de los espacios públicos y de conservación a las áreas desarrollables y con visión de riesgo.  Todo esto y más en un plan de 5 años de gestión , con una proyección a 20 años en la implementación de los diversos proyectos extendidos en el tiempo.



Y así transcurrieron 5 años con el apoyo de muchos aliados locales e internacionales, que atraídos por la capacidad de trabajo y la visión clara, se sumaron en el proceso de transformar nuestra ciudad.  No hubiésemos podido lograr tanto sin ayuda de la cooperación internacional, o los fondos no reembolsables de la banca internacional o el conocimiento técnico y recurso humano de academias, universidades e instituciones de ciencia e investigación.  Sin embargo, considero que de los frutos más valiosos de estos 5 años, construir ciudadanía a través de los procesos de participación y discusión de proyectos, planes de ordenamiento, elaboración de murales artísticos, deliberaciones en presupuestos participativos, fue de los resultados más enriquecedores y estimulantes.  No era fácil someterse cada vez al escrutinio público, a la crítica - a veces respetuosa, a veces no tanto- al cuestionamiento, pero después de superado todo ello,  aunque el proceso no fue fácil, fue altamente enriquecedor y nos dejó avances en la construcción de puentes entre ciudadanos y sus autoridades, entre voluntades y acciones concretas.

Grandes retos aún por atender: la continuidad en el seguimiento a los problemas de riesgos en la ciudad, ya identificadas acciones y soluciones; continuación de la recuperación de espacios públicos, parques, aceras; ampliación de los programas de movilidad no motorizada en la ciudad; implementación de normas que quedan para aprobación del Concejo Municipal y lograr así mayor coherencia entre lo que se planifica y lo que se aprueba en campo; extender el inventario y mantenimiento arbóreo, con el debido reemplazo de las especies más aptas en el desarrollo urbano,  el fortalecimiento del programa Basura0, que pase de proyectos pilotos a la implementación de las políticas y estrategias en los 26 corregimientos; en fin, solo sembramos la semilla, construimos los pilares, afinamos los motores....como se quiera decir, la transformación de la ciudad empezó, debe avanzar y no se puede permitir retroceder.  Además dejamos todo listo para la celebración de 500 años de ciudad, una ciudad multicultural, multiétnica, biodiversa, una ciudad maravillosa.

Luego de 5 años- en los que cumplí 50 y la ciudad cumple 500,  (nada es coincidencia) ...puedo decir que han sido los más desafiantes de mi vida, pero también los más gratificantes.   Me siento profundamente orgullosa y agradecida de haber servido a mi ciudad, a mi país a través del honroso cargo de servidora pública, electa como vicalcaldesa de la ciudad de Panamá.  Gracias a Jose Blandón, por haberme invitado a ser parte de su fórmula con visión de ciudad, a los votantes que depositaron en nosotros la confianza y al trabajo incansable y comprometido de colegas y compañeros de trabajo en esta maravillosa aventura, que nos permitió consolidar a Panamá, como una ciudad más humana, sostenible y global. Gracias Ciudad de Panamá!!

domingo, 9 de septiembre de 2018

DE LAS PREGUNTAS MÁS FRECUENTES:




https://www.instagram.com/p/BmzNIinBkMm/?hl=es-la&taken-by=raisa_banfield


Hay ocasiones en que las acciones no se planean, solo suceden. La defensa ambiental, tiene muchas aristas que van desde la educación, sensibilización, propuestas y proyectos, pero también acciones que visibilicen que no podemos seguir destruyendo nuestros recursos naturales por proyectos que no los justifican por ser insustentables.

Hay otras, en las que en cambio podemos trabajar desde la toma de decisiones en cambiar cosas, iniciar procesos, que aunque pequeños ante los grandes retos y desafíos, pueden empezar a darle un nuevo rumbo a las tradicionales acciones que deterioran nuestra calidad de vida.... Sí, lo se, no se ven, no se nota, cómo entonces hacer la diferencia?  Sumar a más, perserverar, insistir hasta lograrlo. A veces estos pasos nos llevan al plano político, pero no es el único desde donde se puede hacer la diferencia, pero sí es necesario y ahora, por más difícil que sea, lo comprendo mejor que nunca

Todo en cuanto podamos hacer la diferencia, cuenta.  Los cambios cuestan, pero para dirigir los pasos hacia la sosteniblidad, son necesarios

lunes, 15 de enero de 2018

MÁS ALLÁ DE LA SOBERANÍA

Después de 54 años del primer histórico 9 de enero....



Crecí en la frontera entre Panamá y Estados Unidos; sí, en un barrio emergente de los años 70 que se desarrolló al límite de la ciudad de Panamá con la zona del canal, Altos del Chase.  Mis amigos y yo crecimos jugando en la calle porque solo pasaban por allí los gringos o los carros que tenían permiso para ir a la zona. Recuerdo encontrarme al final de mi calle con un bosque exuberante y dos soldados norteamericanos custodiando una garita que impedía que los panameños pasáramos.

A mi generación no le tocó conocer a los mártires de enero, ni vivir su gesta patriótica, pero tuvo el privilegio de ver caer, cada una de las barreras que el enclave canalero había interpuesto a lo largo del tiempo. 

Ya no existen las garitas militares, ni los letreros de "NO TRESPASSING" recibimos -como estoy segura casi ningún país en el mundo- no solo tierras y bosques valiosos de vuelta a la tutela nacional, sino estructuras e infraestructuras valiosísimas, urbanismo modelo y como si fuera poco, un canal interoceánico. 

Antiguo edificio del YMCA en Balboa, Ancón
Como nunca la sociedad panameña, de todos los sectores y partidos políticos, se preparó y organizó para lograr a través de la planificación, que los bienes que revirtieran, dieran el mejor beneficio a todos los panameños y se aprovecharan de la mejor forma posible.

Lo cierto es que mucho de lo escrito, se quedó en planes y buenas intenciones, porque las áreas revertidas no se escaparon de la arrebatiña, la improvisación y de redefiniciones de uso, con el fin de venderse incluso a intereses que no representaban los mejores para el país, sino para algunos.

Hoy que se discute tanto entre el parangón que puede existir entre la lucha contra el imperialismo de ayer y la corrupción de hoy, mis pensamientos no se escaparon de esa reflexión.



Desde la firma de los tratados Hay Bunneau-Varilla, un país entero se unió entorno a su derecho legítimo de reclamar su soberanía, ante una presencia extranjera que nos trataba como usurpadores en nuestro territorio.  Considero que esa unión, a pesar de lo sufrida y compleja, fue más fácil a la que hoy se requiere: unir a todas las fuerzas e intereses diversos a luchar por una defensa de nación que aún no define que rumbo quiere llevar.  He ahí que cada quien analice la corrupción desde donde se ven afectados sus intereses.    

Corrupción para algunos es el funcionario que aceptó una coima para acelerar un proceso, pero no la del empresario, de quien dicen: "Pobrecito, el es víctima, si no su proceso no avanza"

Para otros es corrupción cuando el empresario compra hectáreas de terreno del Estado a centavos el metro, pero no de la Autoridad que lo permitió, porque "no lo impide la ley".  O cómo se llama cuando alguien promueve un desarrollo inmobiliario a sabiendas que no hay previsto agua, ni servicios públicos, que  de seguro se le quitará a una barriada existente (eso es inversión y desarrollo) y que después que el gobierno vea como resuelve

Y así nos vamos definiendo este nefasto término, desde la perspectiva individual pero no desde la colectividad, lo que ha afectado- entre otras muchas cosas- el manejo de los bienes revertidos, ya que acciones que se imponen, disipan los planes, diluyen la política de manejo establecida, y hace que se imponga el más poderoso sobre el débil, porque todo se justifica ante la frase: "El progreso no se puede detener".  En función de ese progreso y el crecimiento del PIB, justificamos lo que sea como sea y entre lineas se infiltra el flagelo de la corrupción.

Debemos determinar que queremos lograr de nuestra riqueza, como hacer que los bienes de todos sean para el beneficio de todos, sin paternalismo ni alcahueterías, que la inversión se haga con seguridad jurídica y transparencia, pero que no aplaste al que no tiene porque es más sagrado el derecho de quien invierte.  Parecen  sutilezas, pero son en realidad aspectos que provienen de una política que define Nación, que fortalece los principios de la Patria y le da dignidad a los protagonistas de su desarrollo



Mural en conmemoración a los Mártires del 9 de Enero,
realizado por el Kolectivo, Ave de Los Mártires
Entonces puedo decir, que aunque la lucha de nuestros héroes de enero y  de quienes les antecedieron, fue más estoica y emblemática, era más evidente su objetivo y por tanto atractivo sumar las fuerzas de todos hacia ello.  La nuestra por proteger los intereses de esa nación ambigua, que emerge y se desvía, que busca encaminarse y se pierde, que grita democracia pero a veces la mancilla, es -reitero- más difícil difinir, enrrumbar y defender, pero no imposible y es imprescindible hacerlo. Porque no creo que el sacrificio  de los mártires fuera para reemplazar un enclave sobre nuestro patrimonio, por su comercialización al mejor postor






domingo, 31 de diciembre de 2017

De Lo Sufrido, Lo Aprendido y Lo Disfrutado



El 2017 ha sido de muchas dificultades, pero lleno de satisfacciones y
mucho aprendizaje.


De lo sufrido:

Aunque hay cada vez más conciencia ambiental, al menos en conocimiento del problema del cambio climático y de iniciativas de educación, la realidad es que las afectaciones avanzan y el deterioro de los ecosistemas es cada vez más evidente.  Los manglares amenazados por desarrollo urbano por un lado y por afectación química y de plagas por otros, son el reflejo de una política fallida en su verdadera puesta en valor para la salud -no solo de los ecosistemas que dependen de éstos- sino de la propia salud humana.  El desarrollo de proyectos de playa hacia el oeste, comercial y residencial hacia el este, con  una actitud de indiferencia hacia el mal que se causa, más la presión que se impone en medio de tecnicismos y varios legales; le permiten  a desarrolladores ir conquistando espacios que estudios, planes y modelos hidrológicos indican que hacia allá no debe, ni puede ir el desarrollo.  Evitar que esto continúe depende de los que tienen que entender, quieran entender lo grave del problema y tomemos acciones conjuntas en campo, no solo en discursos o en propuestas.

El hecho que la minería metálica avance y se posicione como pilar del desarrollo económico del país, o de que hoy se esté hablando de puerto para naves de gran calado, frente a las costas del atlántico afectando manglares y corales;  o de la venta de áreas naturales de gran riqueza en zonas marino costeras, preocupa extremadamente porque pareciera que el discurso sobre la sostenibilidad del desarrollo, va en vía contraria de las decisiones que hacen insostenible el desarrollo  de un país vulnerable como el nuestro, ante el impacto del cambio climático.

Releyendo lo escrito casi me parece una reflexión de años anteriores, porque cada año, como en la procesión de Portobello, en esta materia damos un par de pasos adelante, pero otros 3 hacia atrás.  El camino por andar es largo aún y el tiempo se reduce, no hay espacio para errar y que alguien diga: "te lo dije"

De lo aprendido:
Que a pesar  que por muchos el servicio público está subestimado, denigrado y mal visto, es una de las funciones más nobles y que mayores satisfacciones personales brinda.

La posibilidad de incidir positivamente en la vida de la gente, transformando su entorno, atendiendo lo que le aqueja o apoyando en alguna solución, son posibilidades de crecer como persona más allá del sacrificio y dificultades que implican. La gratitud -incluso sin expresar- de la gente, hace mil veces que haya valido todo la pena.

Pero además el servicio público no es un poder absoluto en sí mismo, así seas autoridad, porque este si no es en conjunto con la aplicación de leyes, otras competencias y responsables, no funciona en muchos casos.  A veces te puedes sentir como tigre vegetariano, o como depredador sin colmillos; en otras palabras impotente y frustrado.  Pero de allí también surgen posibilidades de corregir, reforzar, crear opciones y sumar a otros.  En resumen, ha sido una posibilidad maravillosa poder servir desde la Alcaldía a mi ciudad y de alguna forma a mi país

De lo desfrutado:

Descubrir la energía y creatividad de los jóvenes cuando les das la posibilidad de trabajar por su ciudad.  Todo el proceso de trabajo para el concurso Ponte Linda Panamá, fue una de las actividades más hermosas y mayormente disfrutada del 2017. Ver la interacción entre los jóvenes estudiantes con la gente de las comunidades y con sus asesores, funcionarios municipales, todos juntos para aportar a mejorar nuestra ciudad y con un espíritu de competencia sana para hacer de las oportunidades, el mejor espacio de aporte de ideas para nuestros parques -tan importantes- en la ciudad.  Poder ser puente para canalizar necesidades con soluciones, capacidades con propuestas y acciones, es una experiencia extraordinaria.  Lo disfruté muchísimo, pero aprendí más

Que el año por iniciar nos llene de optimismo y ganas de seguir transformando para bien, nuestra ciudad, nuestro país, nuestro planeta.
Feliz 2018

domingo, 3 de septiembre de 2017

CIUDADES DE EXPERTOS Y AMAS DE CASA



La semana del 20 de agosto estuve participando en la ciudad de Santander, España del curso sobre ciudades sostenibles, que ofrecen la Universidad de Menéndez Pelayo, la Universidad de Cantabria y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).  Fui invitada por el BID a participar como moderadora de uno de los paneles, basado en el proceso desafiante, que desde hace tres años, nuestra ciudad inició de cara al ordenamiento de su territorio y en busca de lograr sostenibilidad en un modelo de desarrollo más equilibrado y humano.

Precisamente el día que abordábamos el tema de los diversos diagnósticos que se realizaron en las distintas ciudades latinoamericanas, bajo la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES), se inundaba nuevamente el corregimiento de  Juan Díaz en Panamá, a razón de las fuertes lluvias de ese fin de semana.  Tristemente coincidía la realidad de zonas inundadas, con la modelación hidrológica que había realizado el Instituto Hidráulico de Cantabria para los estudios del Plan de Acción de Panamá.  Fue entonces cuando compartía con los participantes del curso, provenientes de distintas ciudades iberoamericanas, que pruebas como lo que ocurría en Panamá, donde los hechos corroboraban los estudios, eran motivo suficientes para que tomadores de decisiones, no engavetemos la ciencia, para tomar luego acciones que obedecen a presiones económicas de un sector, o para congraciarse con los votos de otro.  Se trata de apoyar decisiones políticas (porque inciden en la sociedad) en el  conocimiento científico que le devuelva certezas y seguridades a la gente. 


Confirmo más que nunca que nuestro compromiso debe ser lograr aplicar las medidas que arrojan los estudios bien sustentados y fundamentados, con el fin de cumplir con nuestra mayor responsabilidad: devolverle la tranquilidad a la gente de Juan Díaz y a la ciudad en general.

Irma a la izquierda y
 a la derecha estudiante de
 Administración Publica que siguió el curso de Ciudades






En medio de las discusiones del taller, conocí a Inma, española vecina de la localidad de Santander,  se inscribió al curso porque le interesaba conocer sobre los desafíos de nuestras ciudades y lo que las autoridades están haciendo para enfrentarlos.  Inma no era arquitecta, ni urbanista, tampoco trabajaba para el municipio o alguna empresa desarrollista;  Inma es ama de casa, una ciudadana interesada en lo que pasa no solo en su ciudad, sino en las ciudades del globo, queriendo entender el papel que puede desempeñar en el mejoramiento de la calidad de vida de su entorno.  Esto me llamó tanto la atención, porque normalmente estamos tan acostumbrados a escuchar la demanda diaria de lo que “el gobierno tiene que hacer por los ciudadanos” y pocas veces encontramos ciudadanos ocupados en entender las problemáticas para aportar en las soluciones desde su quehacer al quehacer de la ciudad.  Por eso el ejemplo de Inma es digno de compartir. 

Las ciudades las conformamos todos, con el poco o mucho conocimiento que tengamos al respecto, a todos nos toca jugar un rol en su mejoramiento.  Nadie está excluido en las soluciones y todos tenemos responsabilidad en los impactos que causamos con nuestras aciones.

Sí, el mundo sigue y los problemas nos son comunes, pero tenemos que buscar nuestras propias soluciones y ser los actores principales de nuestras transformaciones personales y colectivas, intercambiando conocimiento, tomando acciones y asumiendo consecuencias.






Carta Abierta a Mi Hija (desde un Panamá minero)   Recuerdo como si fuera ayer, como me afané en que todo estuviese listo para cuando nacier...